Reconocido ilustrador chileno acusa a Le Fournil de “robar” sus diseños para decorar sus locales
Francisco Javier Olea, cuyas ilustraciones se pueden ver en revista Sábado y otras publicaciones de El Mercurio donde se desempeña como diseñador, difundió a través de redes sociales una carta donde acusa a la cadena de haber tomado un trabajo que él realizó para decorar unos manteles de ellos, que luego fue replicado sin su autorización en murales y en otros lugares distintos a los acordados.
Lo que debería haber concluido como un acuerdo de caballeros terminó siendo un muy mal rato para el diseñador nacional Francisco Javier Olea a causa de algunos dibujos que preparó para la cadena de restaurantes, cafetería y panadería Le Fournil, a quienes acusa de haber utilizado sus obras sin permiso y en lugares distintos a los acordados inicialmente.
A través de una carta difundida a través de Facebook, el profesional describe cómo llegó a iniciar un negocio con la cadena.
“Hice un trabajo específico el 2013, que era para los manteles de las mesas, que era con papel craft. Sin embargo la persona que estaba a cargo del proyecto cambió más adelante”, explica Olea a El Dínamo. También asegura que le pidieron autorización para utilizar parte de ese diseño en una vitrina. “Pero que no fuese imagen corporativa de Le Fournil”, advierte. Por todo el trabajo se le pagaron 500 mil pesos.
Sin embargo, al cabo de dos años, la persona que lo contactó -quien ya no trabajaba en la cadena- le avisó que la actual administración estaba ocupando ese diseño como parte de cartas y murales, entre otras cosas.
“Era un tema que se hacía a mis espaldas, sin mi permiso. Yo soy muy malo para negociar y me hice asesorar por mi cuñado, Diego Valenzuela, que tiene mucha experiencia en temas de derechos de autor y ha asesorado a gente en esto”, reconoce Olea, quien indica que la reunión con el gerente general de la cadena, Henry Cullell, fue “grata”.
“Ellos dijeron que su intención nunca fue vulnerar los derechos, que en el fondo ellos tenían estos dibujos y no tenían muy claro el acuerdo al que se había llegado (…) que llegáramos a un acuerdo. De ahí en adelante Diego quedó a cargo”, indica Olea.
La empresa planteó una propuesta y para no dilatar más el asunto, se aceptó. Pero el profesional cree que algo pasó en el camino: “se les atoró el tema creo y desaparecieron”. Entre la reunión y la negociación pasaron 3 meses.
El abogado de Olea les envió ahora una carta firmada ante notario, para que vean que la discusión y las negociaciones que sostenían eran en serio, y en paralelo -en vez de enfrentar un demoroso juicio- decidieron dar a conocer la situación a través de redes sociales con una carta.
“Yo siento que no hubo mal intención en un comienzo, sino que el tema fue al final. Vieron cuando ya tenían que pagar y decidir sacarlo como si fuese una solución. Ahí está la falta de respeto. Antes no había falta de respeto”, precisa el diseñador.
Contactado por El Dínamo, el gerente general de Le Fournil, Henry Cullell, se limitó a manifestar que “conozco el tema de Francisco. Estoy en comunicaciones con ellos, pero mientras esté en conversaciones prefiero no hablar con nadie”.