¿Colegios realmente gratuitos?: Gobierno celebrando antes de tiempo
Hace un par de semanas el Ministerio de Educación informó que son 783 los colegios que solicitaron sumarse al régimen de gratuidad para el 2016. Esto en el marco de la ley que obliga a los sostenedores de colegios particulares subvencionados a convertirse en corporaciones o fundaciones sin fines de lucro.
Nicolas Fernandez es Estudiante de Medicina y parte del equipo de investigación del Instituto ResPublica
Digo obliga porque no tenían más opciones; un colegio que no cobra o que solicita un copago inferior a 10 mil pesos mensuales no podría pasar a ser particular pagado de un año para otro. Y tampoco podemos esperar que cierren estos colegios considerando que en muchos casos han sido personas que, con muy buenas iniciativas y una gran vocación por enseñar, han entregado educación de calidad a miles de familias durante años. Además, muchos de ellos aún deben tener deudas que pagar, pues comenzar un proyecto educativo no es fácil. Entonces, para no perder todo lo que han construido en años no queda más opción que pasar a manos del Estado.
Al Ministerio de Educación se les olvidó mencionar que no hay motivos para celebrar. No hay motivos porque estos colegios ya tienen un 50% de alumnos prioritarios exentos de pagar. Por otro lado, la mitad de los 783 colegios cobra menos de $5.500. Acá no hay un aumento real en cuanto a sus presupuestos, sólo aumenta el gasto público, lo que los deja igual que antes.
Como sabemos, la entrada en vigencia de la ley es gradual, y por eso los malos resultados de ésta también serán graduales. Lamentablemente serán muchos los niños y jóvenes que se verán perjudicados por esta ley que pareciera estar basada sólo en una ideología. Un proyecto que quisiera mejorar realmente la calidad se habría enfocado en otros aspectos más importantes que en el financiamiento.
Y si de financiamiento se trata, sería bastante mejor mecanismo la entrega de un voucher que vaya en directo beneficio del alumno, siendo así la familia la que decida en qué colegio quiere tener a su hijo de acuerdo a los criterios que considere pertinentes. No todos los padres tienen las mismas razones para elegir el colegio de sus hijos, y al parecer, el gobierno no entiende eso.
Lo preocupante de todo esto es que nada mejora, todo lo contrario. Ahora habrá más burocracia, mayores barreras de entrada, menor competencia, menos proyectos educativos y menor diversidad, lo que llevará a un estancamiento del progreso del sistema escolar de nuestro país en los próximos años.
Por ende, no cantemos victoria antes de tiempo. Celebremos cuando mejore la calidad y se creen mejores oportunidades para las familias más desfavorecidas. No olvidemos que la educación ha sido uno de los mayores instrumentos de movilidad social de nuestro país. Intentar derrumbar todo lo construido sólo porque no nos gusta, sin considerar todo lo positivo que ha entregado, es sólo un acto de egoísmo y que demuestra las más profundas convicciones de quienes hoy nos gobiernan. Al parecer para ellos es sólo el precio que hay que pagar.