¿Voy a estudiar gratis? Todo lo que debes saber (hasta ahora) para acceder a la gratuidad universitaria

El 30 de noviembre y el 1 de diciembre, los jóvenes que estén terminando cuarto medio deberán rendir la Prueba de Selección Universitaria (PSU). En esta ocasión, las 33 universidades que participan en el Proceso de Admisión 2016 de la Educación Superior, ofrecen mil 437 carreras, con un total que asciende a 79 mil 877 vacantes.

Ahora, incluso si no estás interesado en ingresar a la Universidad, y tu vocación se aborda mejor en un Centro de Formación Técnica (CFT) o en un Instituto Profesional (IP), debes tener muchas preguntas. Una de las importantes: ¿Voy a poder estudiar gratis o no?.

Las expectativas eran altas. Michelle Bachelet llegó por segunda vez a La Moneda con la promesa de “Educación gratuita universal y de calidad” y si bien el 21 de mayo pasado restringió el inicio de este beneficio para un 60% de los estudiantes más vulnerables del país, ha quedado atrapada por sus palabras y de a poco ha ido afinando-con muchas idas y vueltas que aumentan la confusión e incertidumbre- lo que será la entrada en vigencia del beneficio.

La discusión en la clase política -que son quienes terminan elaborando las leyes que rigen nuestras vidas- ha planteado constantemente que el contexto económico actual (marcado por una desaceleración mundial y un Chile que ha enfrentado múltiples desastres naturales) le pondría freno a la intención expresada por la Presidenta: el llegar a toda costa a esta gratuidad y el poder aplicarla lo antes posible. Eso, sin embargo, sin haber concretado un mecanismo para financiarla, ya que aún no se ha discutido cómo esta gratuidad se establecerá a perpetuidad en las leyes de nuestro país.

Bachelet no dio pie atrás, pese a las discusiones y recomendaciones. Finalmente se beneficiará al 50% de los alumnos más vulnerables, pero la forma en cómo se va aplicar por ley la gratuidad en la educación superior quedó pendiente, ya que la fórmula debe discutirse en el Congreso.

Sin embargo, anoche se adelantó que el próximo año más de 200 mil alumnos estudiarán gratis. Esto, se supone, será posible porque el gobierno financiará con el presupuesto del 2016 el inicio de la gratuidad, lo que volvió a levantar las dudas sobre cómo se iba a pagar esto y cómo se iba a entregar este dinero. A continuación te detallamos los puntos más importantes de lo que se sabe hasta ahora de cómo va a funcionar

¿Todos podrán estudiar gratis?

No. La aplicación de la gratuidad no es retroactiva: es decir, que si actualmente estás en la Universidad, lo que ya pagaste no te será reembolsado por el el Estado. Sin embargo, podrás acceder en los años quedan para completar tu carrera a la gratuidad, siempre y cuando, cumplas los requisitos establecidos para ello.

¿Qué requisitos debo cumplir como estudiante para acceder a la gratuidad?

Son más de 200 mil estudiantes considerados en esta ocasión. Y el detalle es que quienes podrán acceder serán “todos aquellos (estudiantes) cuyas familias estén en los cinco deciles más bajos de ingreso”, lo que de acuerdo al Ministerio de Educación, corresponde a jóvenes cuyas familias tienen un ingreso per cápita (por integrante) menor a 140 mil pesos mensuales. O sea, si existe una familia conformada por dos padres y dos hijos, no se podrían superar los 560 mil pesos mensuales en total.

¿En qué instituciones debería estudiar para poder recibir este beneficio?

De acuerdo a lo que plantea la titular de Educación, son todas las universidades del Consejo de Rectores, además de los Institutos Profesionales y los Centros de Formación Técnica que estén acreditados y no tengan fines de lucro. Además, se considera a las Universidades Privadas o planteles con 4 años o más de acreditación, que tengan alguna forma de participación de sus estudiantes, y que sus equipos directivos no tengan sociedades con fines de lucro.

Para acceder a este beneficio, las casas de estudio deben firmar un convenio con el Mineduc, en el que se comprometen a no cobrar al estudiante. Por ello, debes fijarte que hayan firmado este convenio antes de decidir donde estudiar. Además, no deben realizar exigencias académicas adicionales -algo que regularmente se considera, por ejemplo, en una beca de excelencia académica- y aceptar el arancel que el gobierno financiará.

¿El gobierno cubrirá todo el costo de la carrera?

Se supone que no. Lo que regularmente se hace es que el gobierno -para su entrega de becas- fija una serie de aranceles de referencia, que es el monto máximo que regularmente se puede solicitar para los créditos con garantía del Estado. Éste es fijado por el Ministerio de Educación para cada carrera y para cada plantel estudiantil. El Estado te cubrirá el arancel de referencia -que definirá el Estado- más un 20%.

Te lo explicamos con un ejemplo: 

Odontología en la Universidad Católica, para el año 2015 tenía un arancel real de 5 millones 487 mil pesos. El arancel de referencia establecido por el Mineduc era de “apenas” 3 millones 601 mil 399 pesos. Es decir, casi dos millones de diferencia

Por lo tanto, el Estado terminaría pagando 4 millones 321 mil 679 pesos (el arancel de referencia más un 20%).

A pesar de ello se mantiene una diferencia de un millón 165 mil 321 pesos. Antes esa diferencia debía ser cubierta por el estudiante. Ahora, hay una serie de detalles: el Ministerio de Educación aún no publica los aranceles de referencia para el próximo año, y se supone -porque aún no se aclara del todo- que si es que existe una diferencia (como este caso) que perjudica al estudiante, ésta deberá ser cubierto por las instituciones educacionales.

SE SUPONE. Es decir que como no está aún sacramentado el mecanismo, aún existe el riesgo que esa diferencia la deba pagar el estudiante.

¿Qué mecanismos se estaban considerando?

Al utilizar la Ley de Presupuestos para pagar por este beneficio para los estudiantes, significa que debe discutirse en el Congreso. Por tanto los legisladores deben estar de acuerdo con lo que están votando. El gobierno detalló en el discurso del 21 de mayo, que no se utilizarían becas para entregar estos recursos. El principal motivo lo describió la misma mandataria, ya que entre lo que cubre una beca y el costo final de la carrera existe una diferencia, la que termina siendo cubierta por el estudiante. Es decir, terminan generando deuda en personas que están recién pensando en ingresar al mercado laboral.

Por otro lado está el aporte basal, o aporte directo a las universidades, lo que es una entrega de dinero a las casas de estudio por alumno que acceda a la gratuidad y dejaría en las universidades la responsabilidad del gasto de ese dinero y no en el estudiante, como ocurre con las becas.

¿Qué se utilizará entonces?

El suspenso se resolvió hace un rato, cuando la titular de Educación, Adriana Delpiano, después de muchos ires y venires -y una cuota importante de incertidumbre- detalló que por ahora se incluirá en el Presupuesto una glosa -o apartado que detalla cuánto se va a gastar y en qué- correspondiente a cada universidad que acepte hacerse parte de la entrega del beneficio.

Éste se llamará “Aporte de Gratuidad”, que permite el traspaso de recursos desde el Estado a cada plantel. Esto se determinará por la cantidad de estudiantes que estén matriculados en sus carreras hasta el quinto decil (los más vulnerables). Por lo tanto, es un aporte directo a las universidades. La ministra manifestó a La Segunda que con este mecanismo “no habrá ningún compromiso financiero entre el alumno y la institución, ya que el aporte va del Estado directo a la universidad para financiar al alumno”.

¿Es esto definitivo?

Lamentablemente no. Estas condiciones son de carácter transitorio, porque aún no se diseña el sistema que se supone que se instaurará en nuestro país para establecer la gratuidad definitiva. Este proyecto de ley de financiamiento estudiantil debiera ingresarse a finales de año a trámite legislativo. Esta iniciativa, además deberá contemplar mecanismos de fiscalización, estructura para supervisar esto, además de dotación de personal para estos efectos.

¿La gratuidad del 2016 puede cambiar ahora?

Es posible. Si bien lo que existe aquí responde a la información más reciente, aún pueden haber cambios. Por ejemplo, se ha planteado -particularmente desde la oposición- que si es que esto se redacta mal, podría incluso ser inconstitucional. Esto, porque es el Estado es que le entrega dineros a instituciones particulares.