Estudio científico asegura que las palomas tienen tanta habilidad para detectar cáncer de mama como los médicos
Un estudio de la Universidad de Iowa y la Universidad de California aseguró que las aves consideradas como plaga tienen una gran inteligencia y que "podrían ayudar a mejorar el diagnóstico de enfermedades basados en imágenes".
“Más tonto que una paloma”, dice un viejo dicho que menosprecia la inteligencia de -probablemente- el ave más odiada de todo el reino animal. Y como no creerlo cuando porfiadamente chocan una y otra vez con una ventana cuando se meten a una habitación e intentan salir de ella, como si a la décima vez efectivamente pudieran traspasar el vidrio.
Consideradas como plaga en muchas ciudades del mundo, las palomas también transmiten enfermedades, arruinan techos, ventanas, edificios y el día de cualquier persona con sus fecas y pueden llegar a ser tan desagradables, que algunos las llaman “ratones con alas”.
Pero una reciente investigación de la Universidad de Iowa y la Universidad de California reafirmó algo que desde hace ya un tiempo era conocido en los círculos científicos: las palomas sirven para algo más que hacerle compañía a los ancianos. En el estudio se determinó que las palomas pueden detectar un tumor maligno con solo un vistazo.
Edward Wasserman, uno de los autores de la investigación, aseguró que “Hemos demostrado que las palomas son capaces de llevar a cabo tareas de diagnóstico médico que son difíciles de dominar incluso para una persona”.
A las palomas se les presentaron imágenes de microscopio de tejidos sanos y tejidos cancerosos. Cuando la paloma acertaba en la imagen que pertenecía a un cáncer, el ave era recompensada con comida. Con algunos intentos, las palomas ya eran capaces de identificar cáncer como un radiólogo especialista. De hecho, lograron acertar en un 84% de las veces con imágenes que ya habían visto, y un 72% de las veces con imágenes nuevas.
“Los pájaros fueron notablemente competentes a la hora de distinguir entre cánceres de mama malignos y benignos, en una tarea que puede dejar perpleja a una persona que no tenga experiencia en ellos, y que lleva mucho tiempo de entrenamiento para que un médico pueda dominarla”, explica Wasserman.
Aunque el cerebro de estas aves descendientes de los dinosaurios es del porte de la punta del dedo índice, su inteligencia -según la ciencia- es muy avanzada. Quien sabe si a falta de médicos especialistas, las palomas puedan ocupar algunos de los puestos en hospitales y clínicas del país.
