Duro testimonio de ex mujer del cura temuquense suspendido: “Vivo aterrorizada por un sacerdote”
La trama del caso de Darío Fuentes se está poniendo cada vez más oscura.
La historia, como un thriller, se va enredando más que desenredando con el pasar de los días y la aparición de nuevos antecedentes.
Primero se supo que el sacerdote temuquense Dario Celedonio Fuentes Cifuentes había sido suspendido de sus funciones por el obispado de Temuco luego de descubrirse que el hombre tenía a una esposa y un hijo. “De acuerdo a las normas que rigen la vida de los sacerdotes contenidas en el Derecho Canónico, el Obispo diocesano, Monseñor Héctor Vargas Bastidas, procedió a dar inicio a una investigación previa acerca de las situaciones mencionadas, y dictaminó medidas cautelares respecto del presbítero, consistentes en su alejamiento de la parroquia, la suspensión temporal del ejercicio público del ministerio sacerdotal, y la prohibición de acercarse a las personas denunciantes”, decía el comunicado eclesiástico.
Entonces todo el mundo pensó que se trataba de la historia de un cura emparejado con una mujer y que tenían un hijo de 10 años. Se cuestionó la regla del celibato. Se empatizó con el cura. Luego, salió a la luz público que sobre Fuentes había un fallo del Tribunal de Familia que le prohibía acercarse a su ex pareja y a su hijo. Había sido denunciado por ella por violencia intrafamiliar y la justicia falló a su favor.
Entonces todo el mundo se preguntaba quién era la mujer. Qué tenía que decir al respecto. Y apareció. Pero de forma anónima. Desahogándose con el portal Elperiodico.cl. Y su testimonio es brutal.
“Lo que ocurre realmente es que yo estoy arrancando de este hombre, ya que estoy amenazada de muerte por él, además que mi hijo está destrozado por lo ocurrido. Yo denuncié a este hombre por violencia intrafamiliar. Él me golpeó y quedé con hematomas en cuello y brazos, por eso lo denuncié esa misma noche. Acá se le está dando la mirada de que el pobre hombre está siendo castigado por la Iglesia por querer vivir junto a su pareja y su hijo y eso no es así”, explicó. Y eso era solamente el comienzo.
“Yo, la denuncia la realicé en septiembre de este año en la Segunda Comisaría de Carabineros en Temuco. Él me dijo que por cualquier cosa que yo haga, me iba a matar, además de señalarme que a mi nadie me iba a creer. Agregó que el clero, el obispo y todos, lo iban a apoyar a él. Nosotros queremos arrancar dado que maneja hasta armas”, manifestó aterrada esta mujer, quien agregó que misteriosamente el lunes pasado, ingresaron a robar a su vivienda y lo más curioso, es que lo que los “delincuentes” sustrajeron, sólo le pertenecía a Darío Fuentes. “Robaron documentación que sólo lo hacían a él responsable de delitos económicos dentro de la Iglesia. Delitos económicos que se produjeron en el Santuario en donde él se encontraba. Le cuento que yo vivo a 7 kilómetros de la carretera, en la salida de Temuco y ahí llega quien sabe llegar y se llevaron solamente los papeles y documentos que lo inculpaban directamente de dichos delitos económicos, pero no sabían que yo alcancé a tener copia de dichos documentos y se los entregué al Obispado, ya que yo no pretendo ser cómplice de robos. Yo encontré estas cajas que pensaba botar, pero antes de eso, las revisé y me di cuenta que habían facturas que están corregidas y otras cosas sospechosas”.
“Estoy aterrada las 24 horas del día. Mis hijos están aterrados. Todos le han escuchado cuando él dice que me va a matar. Mi madre anda aterrada. Usted no se imagina lo que nosotros estamos pasando como familia. A mi no me importa que se ventile quien es el padre de mi hijo; a mi lo que me importa es que me están amenazando de muerte. Además, el lunes me roban en mi casa y el miércoles llega a mi trabajo la misma mujer que fue su amante hace 15 años atrás, para levantar calumnias acerca que yo me había robado un vehículo, el que había quedado en mi poder previo acuerdo entre ambos, él y yo. Esto hace que actualmente esté peligrando en mi trabajo. Yo no se si me van a conservar mi puesto ahí o mañana me irán a decir que me despiden”.
La mujer, que tiene 36 años, dice que se conocieron hace 20. Y que se separaron por las constantes infidelidades y mentiras del ahora suspendido sacerdote, que siempre le dijo que abandonaría la Iglesia.
“El obispo (en la foto) me pidió perdón a mi personalmente. Ofreció pagarle terapia psicológica a mi hijo, pero no ha hecho nada para que se repare toda la pérdida. Yo perdí de vivir en mi casa, el lugar más seguro para uno… eso lo perdí. Perdí mi vehículo, ya que para mantenerlo a él, lo vendí, con el acuerdo que usaría el otro vehículo para el transporte de nuestro hijo y él se lo cedió a esa otra persona y aparte, un terreno que habíamos comprado a medias, él le cedió los derechos a otra persona. Él está traspasando todos sus bienes para que yo no tenga absolutamente nada. La camioneta se la cedió a la mujer que fue su amante y que al parecer sigue siendo y ahora estoy a punto de perder mi trabajo, viviendo aterrorizada por un sacerdote”.