La COP21 sobre el Cambio Climático
El cambio climático generará más de 100 millones de pobres hacia 2030, aseguró el Banco Mundial. Ello, si no se aplican las políticas correctas para proteger a los pobres del tiempo extremo y la subida del nivel de los océanos.
Hugo Llanos Mansilla es Profesor de Derecho Internacional de la Universidad Central.
Desde el 30 de noviembre pasado, comenzó en París la Conferencia sobre el Cambio Climático que busca detener el calentamiento global –provocado por el uso de combustibles fósiles-, para impedir que suba la temperatura del planeta más de 2 grados centígrados, al 2100. Para ello se necesita crear un tratado que vincule a todos los estados en la contención de los gases de efecto invernadero que produce el incremento de la temperatura global. Estados Unidos y China, los mayores productores de estos gases, se han comprometido a reducirlos: Estados Unidos en un 17% para el 2020 y China 60-65% en relación a sus niveles de 2005, para el 2030. La Unión Europea, 40% para el 2030. Chile se obligó a reducir sus emisiones en un 30%.
Un grupo de 183 países han prometido reducir sus emisiones, lo que cubre el 86% de las emisiones, cuatro veces más que lo que englobaba el Protocolo de Kyoto, pero no es suficiente, ya que la temperatura subiría 2.7 grados ( no 2 grados como se desea), que es un 35% más del límite, pero menor que los estimados 4, 5 o más grados que los proyectados. Cuando se suscribió el Protocolo de Kyoto, el foco estaba en la mitigación, pero hoy hablamos de adaptación ya que los efectos del calentamiento no se pueden ya evitar.
La NASA y la Agencia Meteorológica de Japón han determinado que el pasado julio de 2015, ha sido el mes más caluroso en la historia, superando el récord anterior establecido en julio del 2011. Asimismo, 2015 tiende a convertirse en el año con las temperaturas más altas de los últimos tiempos.
¿Qué sucederá si el calentamiento global sube 2 grados centígrados o más? El aumento del hambre y desnutrición debido a tormentas, sequias, incendios afectará la seguridad alimentaria de grandes poblaciones, y la migración de éstas estará amenazada por elevación del nivel del mar, especialmente en Estados Islas. Se estima que 262 millones de personas ya se vieron afectadas anualmente por los desastres climáticos ocurridos entre los años 2000 y 2004, de las cuales más del 98% viven en países en desarrollo. Según una estimación, 600 millones de personas sufrirán malnutrición a causa del cambio climático, con un efecto especialmente negativo en el África subsahariana.
En un informe de Naciones Unidas se calcula que en 2050, 150 millones de personas podrían verse desplazadas por fenómenos relacionados con el cambio climático como la desertificación, la creciente escasez de agua y las inundaciones y tormentas.
De aquí podemos concluir que la Conferencia de París es la más importante que haya celebrado la comunidad internacional, porque en ella se juega la supervivencia del hombre sobre nuestro planeta.
Esto me trae inmediatamente al recuerdo la frase de James McCarthy, académico de Harvard y miembro del IPCC, “Lo más incierto no es el clima, sino cómo se comportarán las personas”. Una interrogante que se vuelve cada vez más preocupante y que se requiere resolver a la brevedad. El tiempo, más que nunca, comienza a correr en nuestra contra.