Iglesia Católica de México es acusada de proteger a sacerdote que abusó de 100 niños
Una ONG y varios curas acusaron a la Iglesia mexicana de encubrir los abusos cometidos por Gerardo Silvestre Hernández, quien está preso acusado de corrupción de menores.
La organización civil Foro Oaxaqueño de la Niñez, junto con varios sacerdotes y activistas, acusó a la Iglesia mexicana de proteger a un cura que pudo haber abusado de un centenar de menores y que desde 2013 está en prisión para ser procesado por la justicia por corrupción de menores.
El objetivo principal de la denuncia es el arzobispo de Antequera-Oaxaca, José Luis Chávez Botello, al que los denunciantes acusan de encubrir esos casos por no realizar presuntamente una investigación a fondo de los supuestos abusos, ocurridos al parecer en siete comunidades indígenas.
Al sacerdote Gerardo Silvestre Hernández se le acusa presuntamente de cometer un primer abuso hace casi una década.
“En 2006 Gerardo Silvestre abusa de un niño de nueve años al ocupar un interinato de seis meses” en la parroquia de San Pablo Huitzo, indicó el representante del Foro Oaxaqueño de la Niñez (FONI) Alejandro de Jesús al exponer el caso.
Según De Jesús, después de aquello “se han rastreado a más de 100 víctimas” en los años en que Silvestre ejerció sus funciones de cura en los siete destinos distintos a los que fue trasladado por la Arquidiócesis de Antequera-Oaxaca en la sierra de ese estado del sur de México, uno de los más pobres e indígenas del país.
“Exigimos justicia para las víctimas”, un “castigo real” y “que sean asignadas las penas máximas” por los abusos, reclamó el activista.
Pidió también sanciones para los involucrados “indirectamente” en el caso, en alusión a la Iglesia mexicana, a la que acusó de “proteger a los victimarios en lugar de salvaguardar a las víctimas” por su “complicidad con los clérigos pederastas”.
Silvestre fue acusado por la fiscalía oaxaqueña de corrupción de menores el 12 de agosto de 2013 contra dos niños de la comunidad indígena de Villa Alta ubicada, en la Sierra Norte de Oaxaca.
El 29 de noviembre de ese año fue recluido en una cárcel oaxaqueña, donde permanece a la espera de juicio y sentencia.