Marco Antonio Núñez: “Si Bachelet entrega la banda a alguien de la Nueva Mayoría, la proyección está asegurada”
Al presidir la Cámara de Diputados el 2015, el parlamentario del PPD debió en diversas ocasiones tomar la voz de la corporación para hacer frente a escándalos como el "BanCongreso" y el doble viático de los legisladores. Asimismo, pese a las tensiones al interior de la Nueva Mayoría, para el diputado por la V región el conglomerado sí tiene futuro si Bachelet "le entrega la banda presidencial a un miembro de nuestra coalición".
En medio del ininteligible ruido de abucheos y vítores al mismo tiempo, el diputado y presidente de la Cámara baja, Marco Antonio Núñez (PPD), nombraba a los parlamentarios que integraron la Comisión Mixta para corregir la Ley de Partidos Políticos, que ese 26 de enero fue rechazada por la Sala. Núñez sonreía pese al apuro al que, a punta de urgencias, el gobierno sometía a la sede del legislativo para poder impulsar siete de las iniciativas estrella del 2015 del Ejecutivo.
Sólo cuatro consiguieron quedar ad portas de su promulgación, entre las que sí está la Ley de Partidos.
Para Núñez, el saldo del año que estuvo al frente de la corporación es positivo. Se manifiesta “satisfecho, ya que fue un año exigente en términos legislativos y de mucha demanda ciudadana para todos quienes ejercen cargos de representación popular”.
Exigente y todo, el convencimiento del diputado es que el trabajo que realizó el Congreso resulta vital para el devenir del país. A juicio de Núñez, las “leyes del programa de gobierno de la Presidenta Bachelet van a hacer de Chile un país mejor. Leyes relacionadas con la transparencia y la probidad, que devolverán a la política los niveles éticos que la ciudadanía está exigiendo”.
Y desde la testera de la corporación pudo ver esta exigencia de la ciudadanía, ya el 2015 enfrentó diversas situaciones que volcaron la indignación de la ciudadanía en contra del Congreso y los parlamentarios chilenos.
Aparte de los casos de presunto financiamiento irregular de la política, que golpearon a prácticamente todos los partidos y los sumieron en el descrédito ante la ciudadanía, este legislador tuvo que hacer frente a los dobles viáticos que percibieron algunos parlamentarios. Estos los reciben normalmente para trasladarse a la sede del legislativo, pero algunos continuaron recibiéndolos pese a que se encontraban fuera del país. O también el “BanCongreso”, donde diversos legisladores pidieron adelantos de su dieta parlamentaria, sin estar sujeto –como todo chileno– a intereses o reajustes a la hora de restituir esos dineros.
“Vimos esas y otras situaciones, algunas de irregularidades y otras de privilegios injustificados. El distanciamiento entre la ciudadanía y las instituciones políticas del Estado se hizo sentir con fuerza, y convocó al Congreso en su conjunto a mejorar, de manera urgente, los estándares de transparencia y probidad de su trabajo parlamentario, para sintonizarlo con la forma de funcionamiento y conductas que la ciudadanía actual exige”, especifica el diputado.
Se acusó recibo de esta presión para poder mejorar esta situación de privilegios y, al 28 de enero, este legislador enumera las leyes de la agenda de transparencia que fueron despachadas: fortalecimiento del Ministerio Público, la autonomía constitucional del Servicio Electoral, el cese del cargo en la eventualidad de estar involucrado en irregularidades, el proyecto de probidad en la función pública, la instauración y obligatoriedad de la educación cívica, el proyecto de fortalecimiento de la democracia y el proyecto que transforma en públicos los partidos políticos.
Algunas de estas iniciativas serían parte del legado que a Núñez le gustaría dejar, en vista de que su período al mando de la corporación finaliza en marzo: “Será un Congreso con un sello renovado, más legítimo, más transparente y más representativo de los chilenos y posicionado dentro de los cinco más transparentes del mundo”.
Y entre los puntos más destacados del período que encabezó la corporación junto a Patricio Vallespín (DC) y Denise Pascal (PS), Núñez recuerda el fin del sistema binominal y la gratuidad de la educación, la que empezó a regir este 2016 a través de una ley corta, pero que también se ha caracterizado por una serie de ripios, lo que se suma a los sobre 50 mil jóvenes que fueron rechazados pese a cumplir con los requisitos, que finalmente tendrán que esperar tras una repostulación, en tanto que los alumnos antiguos recién podrán hacerlo a fines de abril.
Y ese tipo de problemas, junto con el ya relativamente usual frenesí legislativo que se da en enero, fueron motivo de críticas. El diagnóstico que hace el presidente de la cámara apunta a la oposición, a la que “no le gustan las reformas y se escudan en decir que hay apuro y desprolijidad”.
A dos años de la Nueva Mayoría
“Está más sana que nunca”, opina Marco Antonio Núñez cuando se le pregunta por el futuro de la coalición de gobierno, la que nuevamente sufrió por la tensión ya normal que existe entre las facciones más conservadoras de la Democracia Cristiana y el Partido Comunista. En un último episodio, la falange acusaba de ser “sectarios” a sus pares del PC, los que tendrían una mirada “totalitaria”, y estos a su vez respondían ellos a su vez jamás podrían haber sido tildados de “golpistas”.
Vuelven a reflotar las voces que recuerdan el carácter instrumental del pacto que ahora está en el gobierno, que precisamente fue usado para arrebatarle la primera magistratura a la Derecha. En tanto que algunos le ponen fecha de caducidad a la Nueva Mayoría, Núñez continúa esperanzado, y pone casi una condición para la continuidad del pacto: “Si la Presidenta Bachelet entrega la banda presidencial a un miembro de nuestra coalición, la proyección está asegurada”.
Consultado respecto de un posible fin de su partido, el Partido Por la Democracia, y la creación de una nueva colectividad que surja tras la fusión con el Partido Socialista, el legislador se remite a plantear que “esperamos tener un candidato presidencial común”.
Tras el fin de su período al mando de la Cámara, Núñez ha manifestado el deseo de presidir su partido. Su arremetida estuvo marcada por fuertes epítetos al tratar al actual timonel de ese partido, el senador Jaime Quintana, como una combinación de “intrascendencia y agresividad”. Éste recogió el guante y aseveró que la dureza de las declaraciones del diputado se debían a la fecha estival y sus costumbres, como el beber cola de mono. “El Arjona de la política”, retrucó Núñez, apuntando a las metáforas usadas por el senador Quintana, siendo de todas la “retroexcavadora” la más “célebre”.
Las pretensiones del diputado parecían haberse anulado cuando diversos medios reportaron que como carta de consenso se erigió el actual secretario general del partido, Gonzalo Navarrete. Al preguntarle si es que continúa interesado en presidir el partido, tal como Bachelet cuando se le preguntaba si postularía a un segundo mandato, Núñez recurre al suspenso y responde un escueto “lo veremos en marzo”.