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10 de Febrero de 2016

El perfil de Orpis en libro de Nelson Ávila: “Estará siempre entre quienes claman por ‘mano dura’”

Trece años antes de que el renunciado senador de la UDI estuviese involucrado en el caso Corpesca, en su libro “Protagonistas de lo fome”, el ex parlamentario destaca diversos aspectos del legislador gremialista, como cuando a través de los medios ofreció ayuda al Flaco de Dinamita Show para rehabilitarlo de la droga.

Por Redacción
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La primera víctima de este reality es la objetividad. No pinto retratos sino que dibujo caricaturas. Quizás muy desafortunadas, pero nunca tanto como para perderse ante el original en que se inspiran”, planteó, por allá en el 2003 el entonces senador Nelson Ávila.

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En el estilo de plumas políticas como el periodista Enrique Lira Massi, el parlamentario –sumándose al furor que el país cultivaba por ese entonces de “Protagonistas de la fama”– escribió su libro “Protagonistas de lo fome: el reality del Senado“, donde expone muy en su estilo  los perfiles de sus pares de la cámara alta.

Su trabajo aborda distintas personalidades, como la ahora candidata a la alcaldía de Providencia, Evelyn Matthei, el ex Presidente Eduardo Frei, y Andrés Zaldívar, entre muchos otros. Sin embargo, uno de los parlamentarios que destaca es el senador Jaime Orpis, el que hace un mes renunció a la UDI a causa de una investigación que lleva en su contra el Ministerio Público, por delitos como cohecho, lavado de activos, fraude al estado y delitos tributarios, en el marco del caso Corpesca.

Orpis ha reconocido irregularidades, pero no delitos. Se reveló que incluso el dinero destinado a sus asesores podría haber sido utilizado de forma irregular, en tanto que él asegura haber votado siempre en consecuencia y sin ser influenciado por nada ni nadie. Esto no sólo en la cuestionada Ley de Pesca, sino que en toda su labor en el Senado.

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Amenazado por fundamentalista”, se titula el perfil que Ávila estructuró de Orpis, donde da cuenta de la impresión que se formó del entonces legislador gremialista. Revisa a continuación el texto.

“Es un talibán al menudeo. Siempre habrá temas con alguna reminiscencia valórica, capaces de hacerlo recaer en el síndrome de inmolación que lo afecta. Hoy puede ser la puntualidad, mañana la asistencia, pasado las asignaciones, etc. Todo el tiempo cositas marginales. No obstante, sabe que algunas de estas suelen darle tribuna. A veces, una excreción en el propio nido, aunque sea pequeña, rinde mediáticamente. Sobre todo si es un tanto pueril y no ataca temas de fondo. Más aún si aporta al debilitamiento de ciertas instituciones en la voz de sus propios representantes.

Rara vez atiende a las cuestiones cardinales, cuya pervivencia es la fuente de muchas lacras que suelen abrumarlo. Es decir, no va al fondo de los temas que son la causa de ciertos problemas que lo preocupan de vez en cuando. La droga es una de ellas. Y ahí está, combatiendo arduamente, pero sólo sus efectos, como en general ocurre con las instituciones ligadas al tema en Chile y, particularmente en EE.UU. Este último, el mayor mercado mundial de los psicotrópicos que aporta la demanda y cínicamente castiga la oferta.

Senado Discute Ley Antitabaco

Orpis estará siempre entre quienes claman por ‘mano dura’. Esto es, hacer que el mono se calle a palos. No importa lo que le aflige, sí lo molesto que son sus chillidos.

Sin embargo, este senador tiene grandes atributos como persona. Desde luego, coherencia entre lo que dice y hace, independientemente de si está equivocado o no. Ejemplo de ello es el Centro Casa Acogida La Esperanza, fundado por él.

Don Jaime se alzó como el Rommel de la UDI, al dar la batalla del desierto dentro de su coalición. Desplazó a Julio Lagos, guardia pretoriano de Pinochet en el Congreso y conocedor de aquellos parajes ardientes. La campaña de Orpis estuvo llena de polémica y controversias por la poderosa inyección económica que recibió tres meses antes de los comicios. El Negro Lagos se sintió sobrepasado. Protestó, pero su voz se la tragó el desierto.

Con Fernando Flores, en cambio, lo sensato era llegar a un acuerdo y así lo hizo. Esto, después de sangrientas batallas entre brigadistas, por el acceso a los muros de mayor visibilidad. El ‘pacto del morro’ despejó la autopista de doble vía que es el sistema binominal.

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A partir de ahí, nada los detuvo en su marcha hacia el Senado. Joaquín Lavín, obviamente, hizo sentir su preferencia por Orpis. Llegó a regalar cemento en las poblaciones. El candidato a senador presentó el gesto como un símbolo de la ‘filosofía supernumeraria’.

–Combínelo con agua y obtendrá una ‘cosa concreta’– les decía.

Una señora que esperó el ‘milagro’ de pie en la mezcla, terminó con dos estupendos calamorros de hormigón.

El candidato Orpis forzó a los nortinos a que aprendieran su apellido y no pudiesen olvidarlo jamás. Para ello, ordenó trazar las letras en la ladera de un cerro. Cien metros de alto y veinte de ancho fue el tamaño, ocupando en total mil metros cuadrados. La diablura le valió una demanda del seremi de Bienes Nacionales de la I Región.

Siendo diputado, mostró interés en ‘rehabilitar’ a El Flaco de Dinamita Show. No en relación al humor, sino a la droga. Hizo la oferta a través de los medios, en vez de dirigirse directamente al afectado. Al final no resultó, porque no fue fiel a su estilo y a la manera respetuosa con que ha venido ocupándose del tema, particularmente en el centro de rehabilitación que mantiene en la comuna de San Joaquín”.

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