El fin de los basurales ilegales está ahora en tus manos
Una nueva ley sancionará a los vehículos que trasladen basura o escombros y la dejen en sitios no habilitados como basurales ilegales, sitios eriazos o en la esquina de tu casa. Y lo mejor de todo: son los ciudadanos quienes deben hacer la denuncia.
Rodrigo Quijada es Miembro de Ciudad Viva - Ingeniero de Transporte
Es raro tener algo que celebrarle a los parlamentarios. Pero hace poco nos sorprendieron con una nueva ley que si aprovechamos bien, podría ayudar mucho a combatir los basurales que afean la ciudad; detener a las constructoras que mueven escombros descuidadamente; y hacer todo eso nada menos que con participación ciudadana.
Se trata de la Ley 20.879 que “Sanciona el transporte de desechos hacia vertederos clandestinos”, vigente desde el 11 de noviembre pasado, y que en rigor es una modificación a la Ley de Tránsito.
Lo que dice es que se sancionará al transportista que traslade basura o escombros a lugares donde no está permitido. Por ejemplo, a basurales clandestinos en las afueras de la ciudad; a microbasurales de barrio; a sitios eriazos, etc. También se sanciona al dueño del vehículo, y a quien haya encargado el trabajo. Todo tipo de vehículo de transporte es castigable. Incluso los carretones. Y serán requisados hasta que las multas sean pagadas.
El transporte legal se hará con cobertores que eviten que los desperdicios y polvo se desperdiguen. Y el traslado ilegal de desechos tóxicos, peligrosos o infecciosos, será castigado con presidio menor y pérdida de la licencia de conducir por hasta 2 años.
Las municipalidades tienen la obligación de crear, como máximo en un año, una ordenanza que definirá cómo obtener la autorización para transportar basura y escombros generada en su territorio. Pero la inexistencia de la ordenanza en una municipalidad, dice expresamente la ley, no impide que la ley esté en efecto.
Las personas, instituciones y empresas que vayan a trasladar basuras o escombros, aparte de obtener el permiso mencionado, deben informar a la municipalidad la cantidad, su naturaleza, composición, el modo en que la moverá y su destino.
Todo esto suena súper bien. Pero uno desconfía del interés y la capacidad de los inspectores y Carabineros de Chile para hacer cumplir la ley. Sea esta u otra. Pero lo realmente interesante de esta ley es la novedad de permitir que los ciudadanos participen en la fiscalización.
La legislación dice: “Cualquier persona que sorprenda o detecte las conductas descritas en los artículos [de esta ley] podrá poner en conocimiento de este hecho a las municipalidades, a Carabineros de Chile o a la autoridad sanitaria, quienes remitirán los antecedentes al Ministerio Público o a los tribunales competentes, según corresponda. Las personas podrán acompañar fotografías, filmaciones u otros medios de prueba que acrediten el lugar, la patente del vehículo o el día en que sucedieron los hechos.”
Es decir, se le puede sacar fotos o videos con el celular al camión fresco que bota basura o escombros por ahí cerca, y luego mandarlo a la muni. Esta no debe hacer nada, dice la ley, más que enviarlo a los tribunales o la Fiscalía. No hay que llamar a Carabineros ni a inspectores municipales para que vengan…. Suena bien, ¿eh?
¿Funcionará? ¡No lo sabremos hasta que no la pongamos a prueba! Durante los próximos meses es importante que los ciudadanos por hagamos nuestra pega: sacar fotos y videos y enviarlos a algún correo de la municipalidad (por el momento no importa cuál), para ver qué sucede.
Seguro muchas municipalidades reaccionaran con sorpresa -en su ignorancia- y no sabrán qué responder. ¡Mándales este artículo! Otras pensarán que tienen ellas que resolver el problema… “No, no, no”, debes decirles, ellas deben enviar el asunto a tribunales, nada más. Y otras municipalidades, más patudamente, pensarán que pueden filtrar cuáles denuncias recibidas enviar. “¡No, señor!”. La ley no las faculta para filtrar. Su obligación es enviar toda denuncia a tribunales.
Todo esto ya está vigente hoy, pero probablemente nadie se ha dado por enterado. Por eso ahora depende de nosotros pegarle un empujón al sistema para que empiece de verdad.