Las desgarradoras notas que dejó una joven de 17 años que se suicidó en una clínica
El suicidio de una adolescente en Inglaterra ha despertado un intenso debate respecto a cómo se tratan las enfermedades mentales en jóvenes.
La historia de problemas mentales de Sara Green comenzaron cuando tenía apenas 11 años. Fue en ese tiempo cuando empezó a escribir un diario.
“Lloré muchísimo hoy. Y sé que mañana será peor”.
Realizando un documental sobre salud mental en jóvenes, la cadena inglesa BBC tuvo acceso a estos escritos.
Los problemas, confesó la niña en su diario, comenzaron como los de muchos niños, por bullying en el colegio: “No me aceptan en la escuela. Hay un límite en el número de insultos que una persona puede soportar. Me odian por lo que soy, pero lo cierto es que me odio a mí misma. No entiendo cómo he dejado que me afecte tanto lo que me hacen”.
Pese a sus problemas (además fue diagnosticada con trastorno obsesivo compulsivo) tenía muy buenas notas y tenía toda la intención de llegar a la universidad. Pero sus tormentos pudieron más. En el año 2011, y con solamente 14 años, tuvo su primer intento de suicidio. Tomó un puñado de antidepresivos pero su madre la encontró a tiempo y la llevó al hospital. Luego de eso fue internada por primera vez.
Después de ser dada de alta, la chica se sinceró con su diario: “Quiero decirles la verdad sobre cómo han empeorado las cosas. No estoy bien. Por dentro estoy destrozada”. El 2013 realizó otro intento de suicidio y fue internada esta vez en una clínica psiquiátrica para adultos.
Allí estuvo nueve meses. Donde a sus problemas se sumó el estar a 160 kilómetros de su familia. “Quiero irme a casa. Sólo espero el momento en que mamá y Stacey puedan visitarme porque no poder verlas me ha hecho sentir mucho peor”.
“Lo que ha pasado es que ahora pienso mucho más en el suicidio que cuando llegué a este lugar. Y en este momento estos pensamientos son cada vez peores”, escribió.
Durante su estadia en esa clínica, Sara intentó estrangularse en ocho oportunidades. La novena fue la última. En marzo del 2014, Sara fue encontrada sin vida: se había ahorcado con los alambres para encuadernas libretas.
El trágico hecho, difundido por la BBC, ha generado un intenso debate en Inglaterra respecto a la necesidad de crear centros de atención especializados para adolescentes con problemas mentales, en vez de internarlos junto a adultos.
“No quiero ser yo… quiero ser libre… necesito un remedio para curar este dolor … sé que sonrío, pero hace tiempo que no soy feliz”, fue uno de los últimos escritos de Sara.