Thomas Manning: el hombre que superó un cáncer mortal y recibió el primer trasplante de pene en EE.UU.
Hasta el momento solo un caso de trasplante de pene a nivel mundial ha tenido éxito. Ocurrió el 2014 en Sudáfrica y el paciente incluso pudo ser padre con el correr del tiempo.
Thomas Manning quiso que se hiciera pública su condición; es el primer paciente estadounidense en recibir un trasplante de pene.
El empleado de banco de 64 años debió hacer frente a una operación de 15 horas en el Hospital General de Massachusetts, para restituirle el pene que le fue amputado como consecuencia de un cáncer. “Somos cautelosamente optimistas”, señaló el médico Curtis L. Cetrulo, jefe del equipo que realizó la intervención quirúrgica, al New York Times.
Si todo sale según lo planeado, Manning podrá orinar de manera normal en unas semanas y sus funciones sexuales se recuperarán en algunos meses.
La pesadilla comenzó con un accidente de trabajo, cuando le cayó maquinaria pesada encima, lo que causó graves heridas. Fue ahí que los médicos de urgencia que lo atendieron descubrieron una anormalidad en su pene, que tras los exámenes de laboratorio se constató que era un raro y avanzado cáncer. El accidente laboral le salvó la vida.
Producto del cáncer, tuvo que someterse a una penectomía para poder superarlo. Pero eso cambió su vida de manera radical, ya que empezó a orinar sentado y no podía tener vida sexual.
“No podía tener una relación con nadie. No puedes decirle a una mujer ‘tuve una amputación de pene'”, explicó.
Y pudo someterse al trasplante ya que está en etapa experimental, por lo que los más de 50 mil dólares de la intervención fueron asumidos por el Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de la Universidad de Johns Hopkins.
Hasta el momento solo un caso de trasplante de pene a nivel mundial ha tenido éxito. Ocurrió el 2014 en Sudáfrica y el paciente incluso pudo ser padre con el correr del tiempo.
Pero la donación del órgano no fue un proceso sencillo, ya que las familias de los donantes deben ser consultadas en caso de que se cambie la apariencia externa del fallecido, como ocurre con las manos, los ojos, la cara o el pene. Algunas aceptan, otras no.