Conciliar Familiar y Trabajo: Un Desafío con Soluciones
Las mujeres se han incorporado al mundo del trabajo, asumiendo el rol de proveedoras y, en algunos casos, provocando que los hombres asuman roles propios del hogar, como el cuidado de los hijos.
Alejandra Pizarro es Directora Ejecutiva Comunidad de Organizaciones Solidarias
Este 15 de mayo se celebró el día internacional de la familia, y considerando la importancia de ella dentro de la sociedad, me gustaría hacer el link con otro acontecimiento importante del mes, el día del trabajo. ¿Cómo compatibilizamos dos áreas tan importantes de nuestras vidas? No importa el nivel socioeconómico que tengamos, siempre se presentará el conflicto sobre cuánto tiempo dedicamos a cada una.
Todos nosotros realizamos una lucha cotidiana para poder conciliar nuestras cargas laborales y la vida familiar, pero no siempre es posible. La ausencia de soluciones eficaces a este problema no sólo afecta en el trabajo a través de la baja productividad, el ausentismo, el aumento del estrés, entre otros, sino también a la vida familiar, social, física y psicológica de las personas.
Cuando estos dos ámbitos de la vida humana nos entregan innegables satisfacciones, como por ejemplo poner a disposición de otros nuestros conocimientos, experticias, y capacidades que entregan complacencia en el trabajo; y contención emocional, personal, conyugal y parental dentro de la familia, se hace necesario lograr un balance.
Hoy estamos sumergidos en una vorágine donde la tecnología, la economía, los cambios políticos y sociales, absorben nuestras vidas. Las mujeres se han incorporado al mundo del trabajo, asumiendo el rol de proveedoras y, en algunos casos, provocando que los hombres asuman roles propios del hogar, como el cuidado de los hijos. Agreguemos que la mayor expectativa de vida, ha motivado que muchas familias asuman el cuidado de sus adultos mayores en casa.
¡Cuánta responsabilidad nos ponemos sobre los hombros! Las jornadas laborales, salvo contadas excepciones, no se han flexibilizado para permitir la correcta compatibilidad de estos roles. Con un poco de buena voluntad de todos, es posible superar las jornadas de más de ocho horas, la dificultad de implantar el teletrabajo y la necesidad de “estar presente” en el lugar de trabajo.
Hay que partir paso a paso. Chile se puso las pilas y desde el 2005 está vigente la jornada laboral de 45 horas semanales, reemplazando a la de 48 horas. Eso ya es un avance (aunque seguimos siendo uno de los países que más trabaja según la OCDE).
¿Cómo podemos apoyar desde nuestra trinchera como Sociedad Civil? Pues proponiendo variadas formas de lograr que la familia y el trabajo formen un binomio virtuoso, sobre todo cuando nos orientamos a quienes están en situación de vulnerabilidad.
Hay varias organizaciones dentro de la Comunidad de Organizaciones Solidarias preocupadas de este tema con propuestas novedosas para abordarlo. Por ejemplo, la Fundación Rodelillo, que apoya a familias vulnerables, co – construyendo junto a ellas su propio proyecto de emprendimiento familiar. La Fundación Chile Unido promueve a la familia como piedra angular en la formación de buenos ciudadanos; una sociedad que integre de modo armónico la familia y el trabajo y que valore la libertad individual y la responsabilidad, realizando acciones para alcanzar ese objetivo. Cenfa, por su parte, se orienta a apoyar a familias con conflictos internos a través de terapias: donde muchos de los problemas surgen, justamente, porque los tiempos de familia no son muchos y son de poca calidad.
Como en otras oportunidades, se me escapan nombres muy importantes que hacen un trabajo silencioso y cotidiano para alcanzar soluciones en este ámbito. Y es que la familia, y el amor dentro de ella, es un tesoro que debemos cuidar y alimentar con uno de los elementos más preciados de la vida: tiempo de calidad, que reafirme los sentimientos, las relaciones, las emociones, y, sobre todo, nos entregue la satisfacción de hacer un “trabajo” bien hecho… en la casa.