La difícil infancia del joven que se lanzó a la jaula de leones en el Zoológico Metropolitano
A los once años su madre falleció y debido al alcoholismo de su padre, tuvo que ser internado en el Sename, donde estuvo hasta la mayoría de edad.
Pasadas las once de la mañana del 21 de mayo, quienes se encontraban en el Zoológico Metropolitano vieron interrumpido su tranquilo paseo luego de que un joven cruzara todo tipo de protección para ingresar a la jaula donde se encontraba una pareja de leones. Una vez dentro, comenzó a quitarse la ropa y a gritar “cosas relacionadas con la Biblia”, según detallaron testigos. Para salvarlo, personal del lugar activó el protocolo de seguridad, lo que terminó con la vida de los dos animales.
Franco Ferrada, así fue identificado el joven de 20 años quien, actualmente, se encuentra internado en la Clínica Indisa, ya fuera de riesgo vital, producto de las diversas lesiones que sufrió en la cabeza, cráneo, cara, cuello y zona pélvica. Sus cercanos no entienden las razones que pudieron gatillar lo cometido por el joven, ya que siempre fue considerado como una persona “tranquila” y “feliz”.
Su abuela paterna, Nolbertina Muñoz, no puede entender lo que ocurrió. “¿Qué pasó por su cabeza? No comprendo por qué decidió hacer esto”, declaró al diario La Tercera, donde reveló pasajes de la vida del joven, dando cuenta de la vulnerabilidad a la que fue expuesto y que pudo haber incidido en la decisión que tomó: a los 11 años perdió a su madre producto de un cáncer mamario terminal. A raíz de esto, su padre nunca logró superar la pérdida, por lo que Franco, junto a sus ocho hermanos, debieron ingresar al Servicio Nacional de Menores (Sename).
“Él se crió en el Sename, porque antes de que falleciera su madre, ella dejó internados a todos sus niños”, sostuvo Nolbertina al matutino, añadiendo que “estos niños tienen un daño psicológico inmenso, porque de la noche a la mañana la mamá se muere, y ellos se quedan en un internado. Y mi hijo, su padre, nunca salió del alcohol”.
A pesar de lo difícil que fue para él enfrentar todo esto, para Franco lo más importante era su familia. Ya más grande, trató de independizarse para ayudar a sus hermanos, especialmente al más pequeño, que fue adoptado por una familia en Italia. Al salir del Sename hizo el Servicio Militar en Coyhaique, donde conoció a Gonzalo Medina. “Compartí un año y medio con él. Era normal, siempre preocupado de su familia, su abuela y sus hermanos. Quería trabajar y proyectarse”, señaló el ex uniformado.
Actualmente, Ferrada reside en una casa en Avenida Matta, donde vive con un grupo de amigos, y trabaja de bodeguero en un local chino. María Martínez, madre de una de sus amigas, le extrañó lo ocurrido, principalmente porque le pareció raro “que dijeran que tenía un problema psicológico, si es un niño muy alegre. Pero quizás escondía una pena”.
Dentro de la ropa que Franco dejó en la jaula de los animales, encontraron una carta, la que revelaba su intención suicida. Informaciones trascendieron durante la tarde de ayer que posiblemente, el joven era afectado por lo que se llama “un síndrome mesiánico”, y que se habría inspirado en la teoría bíblica del profeta Daniel, quien fue arrojado a los leones pero salvó ileso gracias a su fe.