#Orlando: es hora de ser 50 veces más gay
"Hoy, quienes somos LGBT, no debemos callar. Hoy no hay que dejar de reunirse. Hoy más que nunca hay que subir el volumen de quienes somos, (putos, tortas, fletos, camionas, femmes, ratas de gimnasio) y en honor a quienes murieron ser 50 veces más gay".
José Miguel Villouta es Mira mi programa El Interruptor por Vía X a las 08.00 / 11:00 / 16:00 y 23:59 hrs. Snapchat elgaydificil.
1. El domingo fue un día horrible. Cincuenta gays murieron cuando un hombre heterosexual, que considera que amar a una persona del mismo sexo es un pecado, decidió disparar y masacrarlos. Otras 50 personas resultaron heridas. No sólo es uno de los golpes más grandes para los LGBT en la historia moderna, sino que la mayor masacre en los EE.UU. y el ataque terrorista con más muertos después de Las Torres Gemelas.
2. Para los LGBT alrededor del mundo fue un golpe tan duro que nadie ha sabido muy bien cómo articularlo. En lo personal, estaba muy cansado por el trabajo acumulado y necesitaba el domingo para adelantar la semana y seguir avanzando. La única manera de tener energías fue bloquear la información. Fue una estrategia de supervivencia.
3. Amigos y familiares llamaban para saber cómo estábamos. Sentían que nosotros éramos también víctimas. Lo somos. Lo digo con la frente en alto. Lo sigo sabiendo que somos resilientes.
4. Acá hay una diferencia fundamental en cómo están viviendo esta experiencia los heterosexuales. Para nosotros fue un mensaje: “Sí, tenemos que asumirlo, gays, lesbianas, bisexuales y transexuales somos el objetivo, el blanco de los disparos que vendrán”.
5. El domingo la comunidad LGBT en todo el mundo se preguntó si nuestras vidas y nuestros hábitos van a cambiar, si el miedo se va a apoderar de nosotros.
6. Para los heterosexuales, fue un atentado de un fanático de una religión específica que pertenece a una célula terrorista particular. Para la comunidad LGBT fue otro paso más de una homofobia transversal. Las jerarquías de religiones que nos presentan como diferentes y menor a los heterosexuales son cómplices. Quienes trabajan para esas religiones también lo son, aunque se convenzan de que su trabajo no incide en acciones de odio. El portero de una iglesia que difunde con fuerza y dinero esas ideas, también lo es.
7. Los LGBT sabemos que el Papa Francisco en su último documento “La Alegría del Amor” asevera que “el amor homosexual no puede de ninguna manera presentarse como analogable al heterosexual ya que se aparta del plan de Dios”. Es decir, dice que somos desviados. Llama a oponerse a cualquier legislación pro-matrimonio igualitario ya que amenazamos el matrimonio tradicional y con ello la base de la sociedad. Los LGBT sabemos que el Papa usa un lenguaje amigable y de compasión para establecer que somos peligrosos.
8. Los LGBT sabemos que en Rusia su presidente llama a “limpiar” el país de nuestros hermanos, prohibiendo que los transexuales manejen y que el resto pueda decir en voz alta que es LGBT bajo una ley cuya excusa es que de esa manera pervertimos a los menores de edad.
9. Los gays sabemos que en Uganda hay una ley que pide asesinar a los homosexuales.
10. Los gays sabemos que en medioriente nos tiran desde edificios para viralizar las fotografías en internet.
11. Los gays sabemos que hace 50 años los gobiernos fascistas también nos ejecutaban con fotografías como lo hicieron con Federico Garcia Lorca.
12. Los gays sabemos que en Chile, la iglesia ha hecho lo posible para que no tengamos derechos y nuestros amigos trabajan sin problemas para sus canales de televisión (33% dueños del holding de Canal 13), radios, teatros, universidades, etcétera. ¿Trabajarían ahí si esa iglesia considerara que se apartan del plan de Dios los palestinos? ¿Si usaran todas las oportunidades posibles para decir que los que amenazan la base de la sociedad son los palestinos? La respuesta es no. Pero lo hacen ahora, porque se puede pasar encima de los LGBT, porque “algo habremos hecho”, nosotros no los hemos desafiado con la vehemencia que se merecen.
13. Los LGBT sabemos que el movimiento de DD.HH. en nuestro país nos ha invisibilizado.
14. Los LGBT sabemos que la semana pasada Juan Pablo Letelier y Alejandro Navarro, del PS y el MAS respectivamente, aprobaron sin chistar a Carlos Fontaura como consejero del Instituto de Derechos Humanos. Fontaura dice que la homosexualidad es pecado y defiende las terapias reparativas.
15. Los LGBT sabemos que la Presidenta tiene cuidado en hablar de nosotros para no asustar a una base de votantes que piensa que somos enfermos.
16. Todo lo anterior nace de la misma semilla: nosotros somos un otro peligroso. Somos anormales. Debemos escondernos porque hacemos daño.
17. Esa es la excusa para apretar el gatillo.
18. Los homosexuales en lo últimos años nos hemos asimilado. Al hacerlo naturalmente nos esparcimos y dejamos de agruparnos. Debilitamos así todo lo que fortalece nuestra cultura.
19. La mejor manera de responder al mensaje de que nosotros “somos el blanco de esos disparos” es volver a reunirnos para tomarnos de las manos. Volver al barrio gay. Hablar entre nosotros y para nosotros de lo que nos sucede. Gastar dinero en locales y tiendas cuyos dueños sean gays. Visitar regularmente medios gays. Hacer nacer y fortalecer nuestra comunidad, nuestra economía. ¿Dónde vamos a discutir entre nosotros, por ejemplo, si después de esto nuestras vidas van a cambiar? ¿En medios donde deberemos comentar entremedio de troles que no saben el peso que significa caminar en estos zapatos?
20. Hoy, quienes somos LGBT, no debemos callar. Hoy no hay que dejar de reunirse. Hoy más que nunca hay que subir el volumen de quienes somos, (putos, tortas, fletos, camionas, femmes, ratas de gimnasio) y en honor a quienes murieron ser 50 veces más gay.
Hoy a las 23.59 en El Interruptor por primera vez en la televisión chilena habrá un programa exclusivo de LGBTs conversando para otros LGBT sobre cómo debemos responder a la masacre de Orlando y qué sucede con la homofobia institucionalizada en Chile. Estará Luis Larraín, Kena Lorenzini y Cote Cumplido.
No dejaremos de reunirnos.
No nos van a callar.