José Aldunate recibe el Premio Nacional de DDHH: "Es conmovedor evocar su figura enfrentando la represión y el guanaco"
"Hoy, el padre Aldunate sigue presente, actuando, escribiendo. Ninguno de los asuntos que ocupan y preocupan a nuestra sociedad le resulta ajeno, ya se trate del Acuerdo de Unión Civil, la relación entre los negocios y el bien común, o el cuidado del medio ambiente”, sentenció Bachelet.
En el Museo Nacional de Bellas Artes se realizó la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Derechos Humanos, que fue otorgado al sacerdote jesuita José Aldunate.
En la actividad estuvieron presentes la Presidenta Michelle Bachelet, acompañada por los ministros de Desarrollo Social, Marcos Barraza; de la Mujer, Claudia Pascual; de Bienes Nacionales, Víctor Osorio; y del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Ernesto Ottone.
En la oportunidad, Bachelet destacó la labor del prelado en defensa de los sectores más oprimidos, recordando su trabajo junto a Alberto Hurtado en la Acción Sindical Chilena, además de recordar la creación del Equipo Misión Obrera (EMO) y su lucha contra la dictadura de Pinochet.
“Es natural y conmovedor evocar su figura digna y serena, enfrentando la represión, el agua del guanaco, los gases lacrimógenos, para defender el derecho a la vida y la integridad de sus conciudadanos detenidos en cárceles secretas, sometidos sistemáticamente a tratos inhumanos, apremiados física y psicológicamente”, aseguró la Mandataria.
No obstante, “ello no puede hacernos olvidar el enorme aporte de Pepe Aldunate, no sólo en la resistencia contra el régimen cívico-militar que rigió nuestro destino por 17 años, sino en la inmensa obra previa a esos tristes años”.
Pero Bachelet quiso detenerse en su condición de “cura obrero”, dejando en claro que “su inserción en el mundo obrero –sin dejar la cátedra- y su encuentro con la teología de la liberación, no hizo sino reforzar la convicción de que para que exista una humanidad fraternal en esta tierra, debe existir equidad y debemos combatir la pobreza y la injusticia”.
“Su compromiso con los derechos inalienables de todos y todas está hecho de acciones cotidianas, de testimonio vivo, de persistente iluminación de nuestra realidad. Hoy, el padre Aldunate sigue presente, actuando, escribiendo. Ninguno de los asuntos que ocupan y preocupan a nuestra sociedad le resulta ajeno, ya se trate del Acuerdo de Unión Civil, la relación entre los negocios y el bien común, o el cuidado del medio ambiente”, sentenció.