Muere el oso polar más triste del mundo en el zoológico de Mendoza
Autoridades de la ciudad indicaron que el animal presentaba un cuadro clínico terminal y que estaba en un proceso de descompensación y deterioro marcado "irreversible".
Arturo vivió gran parte de su vida en cautiverio y en un lugar opuesto a su hábitat natural, sorteando hasta 40º en periodo estival. Desde 2012, dijeron grupo animalistas, el ánimo del oso polar del zoológico de Mendoza decayó tras la muerte de su compañera Pelusa y con el tiempo su salud solo empeoró. Ahora, el parque de animales trasandino perdió a su último ejemplar.
Fue bautizado como el oso polar “más triste del mundo” por las condiciones de vida en las que permanecía en ese recinto. De hecho, se inició una campaña internacional para que fuera trasladado a Canadá, país con un clima acorde a sus necesidades, pero que no prosperó debido a que la avanzada edad de Arturo ponía en riesgo su propia vida.
El gobierno de Mendoza explicó que el animal murió “por un desbalance hemodinámico, que desencadenó una descompensación multisistémica”. Además indicaron que Arturo presentaba un cuadro clínico terminal y que estaba en un proceso de descompensación y deterioro marcado “irreversible”.
En mayo pasado, el propio parque de animales había dado a conocer el crítico estado de salud de Arturo: había perdido el apetito, disminuyó su peso, visión y olfato. Con más de 30 años, Mendoza perdió a su último oso polar en cautiverio.