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18 de Julio de 2016

Doce disparos de Mario Waissbluth contra el cuoteo político, el Sename y Gendarmería

El columnista hace una reflexión en torno a por qué ocurren estos problemas y sugiere "razones estructurales". Estos son algunos de sus disparos contra los responsables.

Por Redacción
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El ex mandamás de Educación 2020, Mario Waissbluth, publicó una columna en el portal El Mostrador, donde se refiere a la crisis que vive por estos días el Sename y Gendarmería, cuestionando al ministerio de Justicia y al Ejecutivo por lo que está ocurriendo hoy en esos organismos.

Waissbluth cuestiona que cuatro de los seis servicios dependientes de este organismo -Registro Civil, Corporación de Asistencia Judicial y los dos mencionados- se encuentran en algún tipo de crisis institucional.

El columnista hace una reflexión en torno a por qué ocurren estos problemas y sugiere “razones estructurales”. Estos son algunos de sus disparos contra los responsables.

Mario Waissbluth cuestiona que “los subsecretarios son designaciones tan políticas como las de los ministros, y que no suele haber la menor consideración ni por sus capacidades ni por su interés en los temas de la buena gestión pública. Son parte de la lógica de cuoteo de cargos de la coalición en el gobierno, al igual que los intendentes”.

“Los subsecretarios actúan más bien como un ‘viceministro’ que reemplaza al ministro en el Congreso, hace política y se dedica a la política, las discusiones legislativas y el lobby con parlamentarios… y en muchos casos se dedican a ‘hacerle la cama’ al ministro por ser de otro partido de la coalición”.

“En este tipo de gobierno hiperpresidencial, la ley de ADP no le da ningún rol al ministro ni al subsecretario en cuanto a la selección de los directivos de sus servicios dependientes. Las ternas de candidatos se envían a La Moneda, donde el Presidente escoge… por consideraciones de cuotas políticas”.

“Solucionada” así la crisis frente a la prensa, el ministro y el subsecretario del ramo vuelven a sus asuntos cotidianos: hacer política, pensar en novedosas legislaciones (lo cual viste mucho) carentes de recursos y capacidad de gestión, anunciar novedosos programas (carentes de recursos y capacidad de gestión) o, como en el caso de la ministra Blanco, preparar su próxima candidatura a diputada. Así, el Sename (o la Junaeb en el Mineduc) “le toca a la DC”, por ejemplo.

“Los directores de servicios –buenos, reguleques o malos– en la práctica cotidiana no tienen jefe ni nadie con quien entenderse. Los convenios de desempeño de la ADP suelen ser revisados por… nadie. Se autorredactan y quedan en un cajón guardados, un rito más de la administración burocrática”.

“Las únicas ocasiones en que los ministros y subsecretarios se preocupan de sus servicios es cuando queda un desparramo con consecuencias políticas. Entonces el ministro del ramo (en este caso, la ministra Blanco) se compromete a ‘actuar enérgicamente’, y a lo mejor cambian incluso al director del servicio correspondiente y ponen a un nuevo directivo transitorio seleccionado por sus lealtades políticas”.

“‘Solucionada’ así la crisis frente a la prensa, el ministro y el subsecretario del ramo vuelven a sus asuntos cotidianos: hacer política, pensar en novedosas legislaciones (lo cual viste mucho) carentes de recursos y capacidad de gestión, anunciar novedosos programas (carentes de recursos y capacidad de gestión) o, como en el caso de la ministra Blanco, preparar su próxima candidatura a diputada”.

“El propósito mismo del Estado, que es servir a sus ciudadanos, queda en segundo plano”.

“Una utópica sería esperar de buena fe que los presidentes nombren subsecretarios con competencias por –e interés hacia– la buena gestión pública, que por ende se preocuparían por la buena gestión de sus servicios dependientes. Asimismo, sería parte de la solución que los presidentes tengan la cortesía de pedirles a los ministros y subsecretarios que revisen y opinen sobre las ternas de la ADP, para asegurarse de que se está nombrando a directivos con competencias adecuadas, de modo que estos se sientan efectivamente reportando a su jefe de servicio ministerial”.

Waissbluth sugiere “crear una figura de subsecretario que sea constitucionalmente responsable por la buena gestión del servicio ministerial y de sus servicios dependientes”.

“Si esto fuera así, por ejemplo, en el caso actual, el subsecretario de Justicia hace ratito que habría sido acusado constitucionalmente por el megadesparramo –big fail– que tienen en los servicios dependientes del Minju”.

“Otra solución es poner la obligación, en la Ley de ADP, de que sea el ministro el que decida en la terna de la ADP, de modo que se sienta responsable por quien es o no es designado en la jefatura de cada servicio”.

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