Reaparece un fantasma: Pascua-Lama, el fallido proyecto minero que se niega a morir
Desde Canadá, el presidente de la empresa Barrick Gold anunció que la firma pretendía hacer un nuevo diseño para hacer viable el funcionamiento de la mina. Mientras que para sus históricos opositores no se trata más que de una estrategia comunicacional, la comunidad del Valle del Huasco teme que nuevas intervenciones pongan en riesgo el entorno natural.
Cuando Kelvin Dushnisky anunció que Barrick Gold planeaba impulsar un nuevo diseño para hacer viable Pascua-Lama, la comunidad del Valle del Huasco, que conviven con el proyecto minero paralizado, estaba preocupada de un evento que se les venía encima: un eventual derrame de aguas contaminadas al río El Estrecho por parte de la mina.
En medio de una conferencia global de minería y metales, el presidente de la empresa canadiense dijo: “Ahora miramos a Pascua-Lama diferente, cómo podemos potencialmente construir el proyecto con una mucho menor intensidad de capital, tal vez un menor tajo, mayores leyes (…) estamos muy abiertos pero la intención es bajar el costo y habrá un momento, cuando el mercado sea el correcto, en que consideremos comenzar Pascua-Lama de nuevo, pero no antes de tiempo”.
Si bien aún no hay nada definido, desde Barrick ya comenzaron a ver el tema de manera preliminar. Lo que se evalúa: abrir una mina a rajo abierto más pequeña, que sea sólo en lado chileno o que sea sólo en lado argentino, entre otros.
Para Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), el anuncio responde a una “estrategia comunicacional para tranquilizar al mercado, a los accionistas”. El análisis de Cuenca se enfoca principalmente en que “Barrick está en una situación complicada a nivel internacional. No logra reponerse por la crisis financiera que les provocó justamente el ‘cierre’ de Pascua-Lama”.
El proyecto minero nació hace 15 años y tras una seguidilla de complicaciones, finalmente en 2013, la Corte Suprema -previo fallo de la Corte de Apelaciones de Copiapó- determinó la paralización de las faenas de la mina ubicada en la provincia del Huasco, Región de Atacama, a más de 4 mil metros de altura en la frontera de Chile con Argentina. A ello, agregó que la empresa debía hacerse cargo de las tareas de mantención para evitar posibles daños a la comunidad.
“Grandes proyectos, grandes impactos”
El desarrollo de un nuevo diseño para Pascua-Lama va de la mano con la realización de un nuevo Estudio de Impacto Ambiental. Para Flavia Liberona, directora de la Fundación Terram, se trata de “un proyecto complejo, tiene innumerables impactos y hay un montón de denuncias, tanto de organizaciones ambientales como de la comunidad. A grandes proyectos, grandes impactos”.
La bióloga dice que el proyecto minero “goza de un gran desprestigio por haber afectado y destruido glaciares y por haber afectado cursos de aguas que provenían de estos glaciares”. Liberona denuncia que con la actividad que generaron en la etapa de exploración destruyeron glaciares “porque tienen que perforar para extraer el mineral”.
El temor por aguas contaminadas
El 12 de julio una de las infraestructuras de Pascua-Lama quedó bajo nieve tras una sucesión de 12 avalanchas. El desastre natural fue uno de los mayores que ha tenido que enfrentar el proyecto minero y dejó inoperativa una de las plantas más relevantes para la conservación del entorno natural del lugar: la de tratamiento de aguas contaminadas.
Dichas aguas que contienen material están siendo acumuladas en grandes piscinas, propiedades de la empresa, cuya capacidad, se prevé, estará al tope el 30 de agosto próximo. Desde Barrick Gold Chile activaron el plan de contingencia -aprobado por el Sernageomin- y esperan solucionar el problema antes de la fecha de plazo.
Precisamente ese evento es el que mantiene en alerta a la comunidad del valle: que Pascua-Lama vierta sus aguas contaminadas al río Estrecho y con ello amenace no sólo el medioambiente, sino también ponga en riesgo la salud de los habitantes de la zona. “Acá estamos viviendo seriamente en peligro. Ellos intentan viabilizar un proyecto que para nosotros está muerto, que es inviable”, indica la vocera de la Asamblea por el agua de Guasco Alto, Constanza San Juan.
Ante ello, el seremi de Medio Ambiente, César Araya, anunció que “realizaremos todas las fiscalizaciones necesarias, tanto en las instalaciones como en los sistemas de pozo de agua potable rural y en algunos tramos de río, para dar tranquilidad a la ciudadanía y velar por el resguardo de la salud de las personas y los distintos ecosistemas existentes en el valle”.
Al enterarse de la avalancha, los movimientos contrarios a la mina crearon una nueva estrategia para hacerle frente: movilizaciones y presentación de recursos judiciales, asesorados por OLCA. El primero dirigido a la SMA, otro al Ministerio Público y un tercero a la Corte de Apelaciones de Copiapó que apuntan a un mismo objetivo: el cierre definitivo del proyecto minero y la revocación de la Resolución Ambiental. A 15 años de su nacimiento, el fantasma de Pascua-Lama resucita de tanto en tanto.