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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Estereotipos de género desde la infancia

Los estereotipos de género promueven una visión determinada del rol que hombres y mujeres tienen en la sociedad, y al imponerlos a los niños y niñas desde tan temprana edad definen su actuar, encasillan sus habilidades, seleccionan sus gustos, el campo de estudios y profesiones.

Por Tammy Pustilnick
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Tammy Pustilnick es Abogada especializada en Derechos Humanos. Master Universidad de Tel Aviv y NYU. Madre y promotora de tolerancia e igualdad.

Llevo poco más de un mes de regreso en Chile -primera vez viviendo aquí con mi hija de ya 2 años- y me he topado con circunstancias que -para mi asombro- a la única que le asombraron han sido a mí: grandes diferencias de roles que nuestros niños son sometidos desde muy pequeños y que son situaciones completamente “normales” y aceptadas por la sociedad.

Hace unos días fui a comprarle unas zapatillas a mi hija y justo antes del momento de pagar la vendedora – muy amorosa valga decir – me pregunta: “¿Cuántos años tiene su hijo?”; “es hija y tiene 2 añitos” contesté sonriendo. En ese exacto momento pareció como si el mundo estuviese a punto de su destrucción: “¿es niñita?!; nooooo, no le puedo vender estas zapatillas; éstas son de hombre!” -me dice la vendedora realmente alarmada. Mi primera reacción fue preocupación e intriga: “¿en serio?, ¿por qué son especiales para niño, acaso el pie tiene un desarrollo distinto al de la niña y por eso fueron confeccionadas distintas?” pregunté extrañada. La respuesta fue tajante: “no, no, simplemente éstas son azules y tengo el mismo modelo en rosado o morado para niñitas”.

Esa misma semana fue el primer día de jardín; mi hija llora para que no la dejemos sola y las tías – muy amorosas valga decir nuevamente- con el propósito de convencerla y animarla a quedarse le dicen: “deja que tus papis se vayan, y así nosotras podemos ir al rincón de las niñas donde tenemos tacitas, ollas y muchos bebes.” Ese mismo día en la tarde, cuando la fuimos a retirar, todas las niñas estaban disfrazadas de princesas (y sí, todos los vestidos eran rosados) y los hombres de superhéroes, Jedis y Siths. Salgo indignada y lo primero que hago es descargarme en mi grupo de “WhatsApp”: ¿Pueden créelo?! -les escribo. Silencio rotundo… “Tammy, no entiendo cuál es el problema”. Lamentablemente “no ver el problema”, es la causa “del problema”.

Enseñarle a los niños que los colores del arcoíris tienen género o que solo mujeres (por algo se llama “el rincón de niñas”) juegan con tacitas, cocinan y hacen dormir al bebé mientras los hombres hacen actividades de fuerza o salvan al mundo son estereotipos de género los cuales contribuyen a una mentalidad que discrimina particularmente a las mujeres y que tiene efectos nocivos que fomentan la desigualdad, el acceso a igualdad de oportunidades y la violencia contra la mujer además de insensibilizar a los hombres desde pequeños.
En tal sentido se ha referido la Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (también conocida por sus siglas en inglés CEDAW) destacando las graves consecuencias y / o daños sistemáticos que los estereotipos de género producen en el ámbito social, cultural, económico y político. A modo de ejemplo, el anterior Relator Especial sobre el Derecho a la Alimentación de la ONU, Oliver de Schutter, recalcó los impactos negativos de los estereotipos de género en el reconocimiento, ejercicio y goce del derecho de alimentación de las mujeres (UN Doc. A/HRC/22/50 – Diciembre 2012)

Los estereotipos de género promueven una visión determinada del rol que hombres y mujeres tienen en la sociedad, y al imponerlos a los niños y niñas desde tan temprana edad definen su actuar, encasillan sus habilidades, seleccionan sus gustos, el campo de estudios y profesiones. Si queremos más mujeres ingenieras, economistas o en cargos públicos; si queremos más padres presentes en la crianza y educación de nuestros niños, cambiando pañales y jugando con sus hijas (incluso a las tacitas), debemos enseñar desde la infancia, que tanto hombres como mujeres pueden gozar y ejercer cualquier actividad en igualdad de condiciones.

Este día del niño “regala igualdad”. Esa es la campaña que promueve el recién creado Ministerio de la Mujer y de la Equidad de Género, la cual invita a no estereotipar los regalos que se entregarán a niños y niñas, y así evitar regalar en función de roles, colores y habilidades.

Vale decir que con esto no propongo que las niñas no se disfracen de princesas ni que ahora los niños no jueguen con autos; al contrario, para evitar el estereotipo de género se debe educar y ofrecer en igualdad y en variedad: que niñas tengan muñecas pero que también tengan pelotas; que niños tengan autos pero que también tengan instrumentos de cocina. La educación en igualdad se basa – a tan temprana edad- en mostrarle a los niños que hay diversas opciones, y que no por ser mujeres tienen que vestirse de rosado o por ser hombres tienen que jugar con robots. Mi hija duerme con su peluche de Yoda todas las noches, juega con legos y ponys y decidió ayer, para la celebración del día del niño en el jardín, ir disfrazada de la Minnie, mientras su papá le rogaba ir de Princesa Leia.

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