La columna del rector Carlos Peña donde ningunea la opción presidencial de Alejandro Guillier
"No se explica que la candidatura de Guillier -que hasta ahora no destaca por sus ideas, sino por la rigurosa precaución de no expresar ninguna- sea vista como plausible", expresó.
La opción presidencial de Alejandro Guillier sigue generando revuelo en el mundo político, donde la “vieja guardia” de la Concertación busca frenar la arremetida del senador para no amagar un eventual retorno de Ricardo Lagos a La Moneda, mientras algunos integrantes de la Nueva Mayoría han exteriorizado su apoyo al periodista.
Sin embargo, el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, en su habitual columna de El Mercurio, se atrevió a aterrizar las esperanzas de Guillier de llegar a ser el abanderado del oficialismo de cara a 2017.
Y es que para Peña, la imagen del otrora conductor de CHV Noticias no guarda relación con los valores que proyectó en su momento el Partido Radical a través de las presidencias de Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos y González Videla.
“Si la irrupción de Guillier no equivale a un reverdecimiento del radicalismo hace ya tiempo languidecente, ¿a qué equivale entonces? A una muestra de la levedad que ha alcanzado la política: primero las ideas fueron sustituidas por el programa; ahora, el liderazgo por la simple notoriedad; el político por la figura pública”.
“De otra manera no se explica que la candidatura de A. Guillier -que hasta ahora no destaca por sus ideas, sino por la rigurosa precaución de no expresar ninguna- sea vista como plausible”, expresó.
Peña recalcó que para el radicalismo tradicional resulta “incomprensible la aparición de un liderazgo repentino, azaroso, de una figura, como la de Guillier, cuya evaluación y conocimiento público no es el fruto de un genuino desempeño o reflexión política, sino nada más que el resultado fortuito de los medios, de la habilidad para emitir frases generales que empatizan con el espectador promedio, ese individuo que es todos y es ninguno”.
“La candidatura de Alejandro Guillier -la precandidatura, en rigor- no tiene entonces un significado estrictamente político, sino social; no expresa un reverdecimiento del radicalismo, sino su delicuescencia; no es el surgimiento de un liderazgo, sino la confirmación de que hoy día basta con muy poco para pretenderlo. La candidatura de Guillier expresa así los cambios de la sociedad chilena, la levedad que ha adquirido la política y la desorientación de la centroizquierda, al extremo que algunos de sus miembros piensan, y lo piensan al parecer en serio, que la visibilidad de los medios y una personalidad atractiva por lo inocua es cuanto se necesita para conducir el Estado”, precisó.