Para la erradicación de la pobreza, superemos el clasismo

En la campaña de las elecciones municipales que se avecina hemos visto de todo. Propaganda en calle – ahora regulada y en menor cantidad – y en radio, debates y los mensajes más diversos; algunos que incluso llegan al ridículo y hacen cuestionar profundamente el tipo de país en el que nos hemos convertido o la sociedad que queremos construir. Porque para que un candidato salga electo, alguien tiene que votar por él, ¿o no?

Un buen ejemplo está en la campaña a concejal de Cristóbal Lira, en Lo Barnechea, quien además de calificar como “incivilizada” la existencia de perros vagos, propone entre sus acciones llevar un “trabajo coordinado con constructoras con el fin de asegurar que sus trabajadores no tengan causas penales pendientes con la justicia”. El clasismo y la discriminación puestos en evidencia de manera explícita.

Trabajadores y trabajadoras de nuestro país son problematizados como delincuentes. En el mundo del estigma pareciera estar mejor ponderado un trabajo en el que, con mejores condiciones laborales, se ganan buenas lucas. También es fruto de elogios si la persona puede permitirse la compra de un auto de en el distrito de lujo y una casa de 300 metros cuadrados con patio. No vayan a ser ellos delincuentes, si visten de terno y corbata.

En este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, en el que volvemos a reconocer a todas aquellas personas que hemos puesto en esta situación, acciones como las propuestas por el Concejal solo nos dejan en vergüenza como país. Y es que hemos puesto la pobreza en el orden del esfuerzo. Si es pobre, es porque es flojo. Eso sale en las encuestas en cuanto a la percepción. Pero si trabaja, y está en situación de pobreza, en la construcción, es temporero, es auxiliar, entonces corremos el riesgo de que tenga causas penales pendientes.

En nuestro país hemos disminuido el porcentaje de pobreza a lo largo del tiempo. ¡Nos alegra! Por suerte lo hemos hecho, ya que aún el 20,9% de las familias en nuestro país vive en situación de pobreza multidimensional. Un quinto de la población. Entre ellos, miles viven en campamentos. 38.770 y en aumento. La expresión más profunda de esa pobreza que tenemos en nuestro país.

Valoramos el avance, apostamos por seguir contribuyendo al mismo, pero démonos cuenta de que son asuntos que parten por casa. No dañemos más las relaciones humanas salpicando clasismo. Y que no nos pase por el lado que las acciones que hemos hecho aún no son suficientes y hoy, esta pobreza, tiene rostro de niño, de adulto, de persona en situación de discapacidad, de migrante, de todos y cada uno de nosotros.