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26 de Octubre de 2016

Qué hay detrás de la jugada de la DC

Desde la falange aseguran que han sido el partido más perjudicado y el dique de contención de los problemas del Ejecutivo. La advertencia que hicieron, tras el congelamiento en el comité político, revela una estrategia que busca reposicionarse dentro del bloque, explican analistas.

Por Daniel Martí­nez G.
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Un golpe de poder. Es la frase en que repiten todos los analistas respecto a la definición que tomó la Democracia Cristiana este lunes de congelar su participación en las reuniones del comité político en La Moneda. La decisión no es trivial, ya que podría poner en duda la continuidad de la Nueva Mayoría como bloque para las próximas elecciones, según han advertido varios oficialistas.

La timonel del partido, Carolina Goic, fue dura en advertir que esto se trata de un “remezón” al Gobierno para que entiendan que “con la DC no se juega”, molesta por la serie de polémicas marcadas por la relación con el PC al interior del Gobierno, desacuerdos programáticos y los resultados en la elección municipal. Pero, sobre todo, la molestia apunta a sentirse como el dique para los solucionar problemas del Ejecutivo.

En el bloque ejemplifican con la salida de Javiera Blanco de Justicia -ella es cercana a la DC-, la salida de Máximo Pacheco y su incorporación al equipo de Ricardo Lagos, algo que por muchos fue leído como un respaldo de la Presidenta Michelle Bachelet a esa candidatura en desmedro de otras de la NM, y, finalmente, la salida de Luis Acevedo del Registro Civil, militante de ese partido y a todas luces sindicado como el responsable por el error del padrón electoral. Todos, además, problemas que vienen arrastrando desde inicios del gobierno e, incluso, desde antes.

“La DC tiene hoy la percepción de que se han transformado en el hilo que se puede cortar”, explica el analista Ernesto Águila sobre la abrupta decisión de la DC.

Por lo mismo, ¿qué hay detrás de la jugada de la falange? Todos coinciden en que se trata de una muestra de poder, una forma de cobrar para el futuro el hecho de ser el partido con más votos dentro de la coalición pero con el menor poder.

Pablo Ortúzar, director de Investigación del IES, asegura que la DC busca “reordenar el mapa de aquí a fin de año, haciendo una renegociación de poder” con miras a lo que queda del gobierno y a las próximas elecciones. Misma visión tiene la cientista política Bárbara Briceño: “Es una forma de hacer un giro y un golpe de mando. Esto no es una pataleta de ego, sino que una advertencia de que si no hay un cambio de verdad, se van todos para la casa en el próximo gobierno”.

De acuerdo a estos, la DC apuesta a que la Nueva Mayoría termine moviéndose hacia ellos y haciéndose valer como la colectividad más grande. “De alguna manera, están pre configurando un escenario para las próximas elecciones, donde se aseguren el espacio que sienten que les corresponde”, dice Briceño, y agrega: “Aunque más que pensando en el futuro del bloque están pensando en el futuro de la DC misma”.

El partido más perjudicado en estas elecciones municipales fue la DC. En 1990, en una elección de ediles y concejales, el partido obtenía alrededor de dos millones de votos, pero en las actuales elecciones solamente sacaron 500 mil, un cuarto de lo que acarreaban hace 25 años.

Según Ernesto Águila, “hay un declive que es sistemático. Hay una sensación subjetiva y, a mi juicio, errada sobre los problemas que están viviendo y acusan que son los costos de estar en la Nueva Mayoría, apoyando a una debilitada Bachelet y en un giro hacia la izquierda”.

¿Concertación o NM?

Desde que se conformó la Nueva Mayoría, comenzaron a aparecer los viudos del extinto conglomerado advirtiendo que eran mejores tiempos, donde los acuerdos tenían mayor éxito y el proyecto común avanzaba sin partidos rebelados. En esa línea, los analistas apuntan a que hay un problema de superación de la Concertación “porque figuras de ésta tuvieron la fuerza de detener este proyecto de cambios (la NM) y del Gobierno por no tener un diseño de proyecto que lo acompañe”.

Así, la Concerta no va a terminar de morir nunca”, dice Águila.

Por lo mismo, cuando al Gobierno aún le queda un año y medio en el poder, los partidos oficialistas comienzan a tomar decisiones sobre el futuro y el golpe de la DC fue uno de los primeros. Eso, en este contexto, no fue casual, explican. Desde hace unos meses, hay voces dentro de la NM que piden la inclusión de otras fuerzas dentro del bloque que permitan aunar votantes y hacer crecer la oposición, disminuyendo al mismo tiempo la oposición.

“Algunos apuestan a ampliar a otros sectores de izquierda, pero es difícil pensar en hacer eso con la DC en la NM. Si ya la relación con el PC no ha funcionado y han tenido severos problemas, menos se la podrían con un Boric o un Jackson”, explica Bárbara Briceño. Visión similar tiene Ernesto Águila: “Unirse a movimientos como el Frente Amplio de Izquierda pondría fin a la participación de la DC con ellos”.

En ese sentido, la definición de la DC será crucial. “Si ellos asumen que tienen pocas posibilidades de ganar las primarias dentro de la Nueva Mayoría y deciden llevar un candidato a las presidenciales, desechando la opción de Lagos o Alejandro Guillier, el bloque se rompe”, dice Águila.

El factor Ricardo Lagos -pese a lo debilitado que quedó el domingo tras el fracaso en las Municipales- podría ser el que una a la Nueva Mayoría, apuestan otros, ya que es el único -al momento- que puede dar certezas de una apuesta más cercana al centro y que rememore los buenos momentos. “Lagos es la cara visible de una Nueva Mayoría que puede seguir siendo una opción más parecida a la Concertación”, dice Pablo Ortúzar.

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