Kraftwerk: los padres de la electrónica regresan a Chile
Actualmente, Kraftwerk — que significa central energética en alemán—se ha transformado en una institución de la electrónica. Su vigencia es gracias a sus constantes giras mundiales con reputados espectáculos multisensoriales que los trae a Chile por tercera vez.
Bárbara Alcántara es Periodista especializada en música. Instagram: chicarollinga
Suelen ser comparados con los Beatles. Kraftwerk, la agrupación pionera de la electrónica tiene semejanzas con los Fab four por el tratamiento que le dieron al pop. Los de Liverpool cambiaron para siempre los lineamientos del pop rock y los de Dusseldorf hicieron lo suyo con el pop electrónico. Ambas agrupaciones, sin contar la popularidad que generaron cada uno, dieron vida a nuevos códigos musicales que influenciaron infinitamente a generaciones posteriores.
Los alemanes, empezaron en 1970 como un dúo formado por Ralf Hutter y Florian Schneider; tienen diez discos de estudio de los cuales, Autobahn (1974) es su punto de partida —a pesar de haber editado tres anteriormente—. Dicha entrega es la representación musical de un viaje en auto por la carretera cuyo sonido actualmente puede parecer pintoresco—especialmente la voz sintetizada—pero en su momento marcó el inicio del pop electrónico.
Tres años después lanzan Trans-Europe Express (1977), edición que se transforma en un segundo hito dentro de la incombustible carrera de Kraftwerk. La experimentación se había acabado, habían encontrado un nicho y estaban dispuestos a desarrollarlo con una entrega que también simula un viaje, pero en esta ocasión es en tren. El hipnotizante recorrido es tan fundamental en la música que sirvió de influencias para agrupaciones como Joy Division, Depeche Mode, Daft Punk, New Order y especialmente para David Bowie, quien a fines de los setentas —en la previa del disco Station to Station (1976) y en la famosa etapa berlinesca—estaba obsesionado con el pop vanguardista de los robots y ellos, a su vez, lo mencionan a él y a Iggy Pop en la canción que le da el nombre al mencionado disco.
Siempre se les ha visto encorbatados, peinados a la gomina y con una apariencia robótica además el rojo pasión es un color primordial en su estética. A pesar de que en el momento del auge de su carrera podrían haberse contagiado o dejado influenciar por el movimiento que ocasionó la irrupción del punk, no lo hicieron; las chaquetas de cuero, las converse y la actitud rebelde no era lo de ellos. Persistentes, se mantuvieron fieles a su estilo y con la convicción de que los sintetizadores serían la base de la música del futuro.
Actualmente, Kraftwerk — que significa central energética en alemán—se ha transformado en una institución de la electrónica. Su vigencia es gracias a sus constantes giras mundiales con reputados espectáculos multisensoriales que los trae a Chile por tercera vez. El 2004 debutaron en el Estadio Víctor Jara, posteriormente el 2009 telonearon a Radiohead en sus dos conciertos de la Pista Atlética del Estadio Nacional y el próximo 26 de noviembre vuelven con un show cuya característica principal es que utilizan las imágenes setenteras pero en tres dimensiones.
La formación actual sigue liderada por Ralf Hutter — quien tiene setenta años— y se completa con Fritz Hilpert, Henning Schmitz y Falk Grieffanhagen. El colectivo de las perillas mostrará un show creado hace cinco años con tecnología de avanzada, la cita será en un lugar íntimo como es el Teatro Caupolicán, cuyo publico asistente será testigo de la legendaria invasión robótica que ha traspasado generaciones y que ya se acerca a cumplir medio siglo desde que inventaron la música electrónica.