Cómo sería Jaime Guzmán en 2016: la columna donde Gonzalo Rojas se lo imagina en la actualidad
"Lo veo como panelista en televisión -aunque lidiando solo, contra tres o cuatro izquierdistas a la vez-, oigo su voz en media docena de radios, escucho su palabra penetrante en su cátedra universitaria y en una reunión tras otra, leo sus columnas en tres o cuatro medios escritos", escribe el académico.
En su clásica columna en El Mercurio, Gonzalo Rojas esta vez se dio la licencia de imaginar un país con Jaime Guzmán vivo, el ideólogo de la Constitución redactada en dictadura y fundador de la UDI.
¿Cómo sería su participación política en la actualidad? De cara a temas que se tomaron la discusión como el financiamiento irregular de la política, el proyecto de aborto, la presencia de inmigrantes, Rojas dice: “Me imagino a Guzmán marcando los puntos fundamentales en el debate público del momento: lo veo defendiendo con ardor la vida del que está por nacer, la estabilidad del matrimonio natural y de la familia fundada por un hombre y una mujer, la libertad de enseñanza en cada una de sus dimensiones, el empeño en la superación de todas las pobrezas”.
En su columna, el historiador y abogado desliza una crítica a quienes fueron herederos de Guzmán: “Lo veo hablando con una convicción que en la mayoría de sus seguidores de los 80 se ha convertido en duda, en transacción y hasta en claudicación. Lo veo molesto ante tanta mediocridad de los que decíamos seguirlo”.
Ubicándolo en la esfera de los líderes, Gonzalo Rojas señala que se lo imagina “siempre diciendo lo que hay que decir, sin temor, razonando con humor, pero colocando en el más grotesco ridículo a los lugares comunes de sus adversarios. Sin miedo; sin miedo al qué dirán, a perder imagen, a no ser popular, a no sacar todos los votos necesarios, a no ser alabado, a ser insultado, a ser discriminado, a sufrir todas las persecuciones de los tolerantes”.
Claramente decepcionado del partido al que renunció tras militar décadas -la UDI- Rojas expresa: “Mi imaginación me dice que jamás habría tolerado Jaime Guzmán toda la apatía ambiental ante la agresión socialista”.
Imaginar todo ello no cuesta nada, dice Rojas. Lo verdaderamente difícil es que ese ejercicio “solo tendrá valor si un candidato presidencial, si decenas de candidatos a parlamentarios, si cientos de jóvenes y líderes sociales sacan adelante -sin Guzmán- el proyecto por el que hoy estarían trabajando codo a codo con él”.