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Actualizado el 3 de Abril de 2017

Seguros sin control: el soterrado negocio de los hipotecarios de BancoEstado

Las licitaciones de seguros del banco en las últimas semanas han estado en entredicho, luego de que comenzará a dibujarse una práctica que en la industria califican de “anticompetitiva” y que afecta indirectamente a los clientes. Comisiones más altas, hipotecarios más caros y sospechas de presiones indebidas son síntomas de un sistema que hoy funciona sin control.

Por Daniel Martí­nez G.
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Acceder hoy a un crédito hipotecario en Chile no es una tarea sencilla. No solo son los altos requisitos, las restricciones de préstamos o bajos montos a los que se puede optar, sino que los dividendos son bastante más caros que en los últimos años, por lo que cada peso menos importa. Para aliviar la carga, se han realizado importantes modificaciones legales, que hoy podrían estar siendo burladas para aumentar las utilidades de los bancos.

De esta forma, de pagar comisiones que bordearon el 5% en los seguros de los créditos hipotecarios, mediante un concurso público, los clientes podrían llegar a pagar el 20% o más, como ocurría antes de la normativa que los rige actualmente donde las comisiones llegaban incluso hasta el 64%, aumentando los créditos en hasta 140 mil pesos anuales.

Hoy, los primeros dardos por esta mala práctica apuntan al banco de todos los chilenos: BancoEstado, aunque también hay rastros de esto en otras entidades. Pero, para entender cómo ocurre esto, hay que ir a la trastienda.

En diciembre de 2010, el ex presidente Sebastián Piñera envió un proyecto de ley que pretendía modernizar y fomentar la competencia del sistema bancario, sobre todo en lo respectivo a los seguros que se deben contratar junto a cada crédito hipotecario. Un año y medio después de su ingreso al Congreso -en junio de 2012- la nueva Ley de Seguros estaba operativa y prometía una baja en los dividendos de las personas al introducir el modelo de licitaciones en la contratación de pólizas.

Los clientes tendrían acceso a seguros de muerte, invalidez o incendio a un precio mucho más bajo, ya que éste iba a ser escogido dentro de una amplia oferta donde el más barato, entre prima y comisiones, sería el ganador. Lo que la normativa venía a actualizar era que estos tuvieran siempre las menores tasas posibles, permitiendo dividendos más económicos y un sistema más competitivo, alejándose de una modalidad de sobreprecios descontrolada en la década anterior, en una relación oscura entre aseguradora y banco.

La normativa eliminó artificialmente ese vínculo y creó la figura del “corredor de seguros”, lo que en el papel venía a corregir una mala práctica y a incentivar la competencia. Las primeras licitaciones bajo ese modelo funcionaron bien, aunque pronto dieron pie a una serie de irregularidades que hoy son reconocidas en la industria y que -aseguran- terminarán por afectar el bolsillo de los clientes.

Esto debido a que los bancos comenzaron a “sacar de competencia” a las corredoras que triunfaron en la licitación, reemplazándolas por entidades propias, y quedándose no solo con las ganancias por concepto de comisión que le correspondían a la ganadora, sino que generando un monopolio que permitiría subir los precios al antojo de cada banco.

Cómo funciona el sistema

La modificación legal de hace cuatro años obligó a los bancos a hacer licitaciones públicas por paquetes de seguros que irán junto a los hipotecarios pactados en el banco y que son renovados por estos automáticamente cada año. La Ley de Seguros también la posibilidad para que los clientes pudieran escoger un seguro de manera externa, algo que pocos hacen debido a las limitaciones que pone la misma banca para ello.

Las aseguradoras deben hacer una oferta de sus servicios al banco en cuestión, a través de una corredora de seguros que puede escoger dentro de la industria para el concurso público. En septiembre, BancoEstado hizo su último llamado para adjudicarse seguros de desgravamen e invalidez 2/3, donde la labor de la corredora de seguros -en simple- es ganar la licitación, ofreciendo una comisión competitiva que se traduzca en menores cargos para el cliente.

En ésta se presentaron ocho aseguradoras con distintas ofertas y la ganadora fue Rigel Seguros de Vida S.A., según los resultados entregados el 25 de noviembre pasado. La comisión más baja de una corredora fue del 4%, mientras que la más alta correspondió a BancoEstado Corredores de Seguros en torno al 20%. La ganadora, en efecto, fue la que tenía los porcentajes más bajos y hasta ahí todo bien.

El problema ocurrió cuando BancoEstado se acogió a una llamativa facultad que permite la normativa de 2012: reemplazar la corredora que escogió la empresa de seguros triunfadora por la corredora propia del banco que había perdido por sus altas comisiones, pero esta vez manteniendo el precio y porcentaje del ganador de la licitación. Así, BancoEstado se autoasignó la cartera de clientes a su corredora, se llevó las comisiones de ésta y sacó de competencia a la empresa que había ganado.

¿Cómo afecta a los clientes?

El reemplazo de corredora, a priori, no genera impacto en el bolsillo de las personas, sino que golpea a la competencia de las empresas y a un sistema que nació para competir, en el que los bancos encontraron la forma de burlarlo.

Las primeras licitaciones que se hicieron bajo esta modalidad -desde 2012 se han realizado 188- significaron ahorros anuales de entre 31 mil y 140 mil pesos para las personas, dependiendo del porcentaje de comisión ganador de la licitación, los que bordearon siempre entre el 5% y 10% en toda la banca. El cambio respecto a las comisiones del sistema anterior -donde había un sobreprecio artificial de las cifras para obtener mayores utilidades- fue notable: hasta un 64% detectó la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) de los cobros en ese momento, mientras que el más barato fue de un 15%.

En la industria acusan que los bancos, mediante facultades de la ley, iniciaron el retorno a una modalidad que podría inflar potencialmente las comisiones hasta esos niveles, al no existir una regulación reglamentada y que al permitir el reemplazo de corredoras se abre el camino a aquello. Allí es donde afectaría a los clientes directamente.

Las aseguradoras consultadas sobre este modelo afirman que se terminará haciendo que ninguna corredora de seguros quiera participar en una futura licitación, existiendo la posibilidad de que sean sacadas del juego -y reemplazadas por las corredoras de cada banco-, con la pérdida de tiempo y dinero que eso significa.

Esto -critican- creará un monopolio por parte del banco y a las tasas de comisión que quieran, ya que no habrá competencia para escoger entre el ofertante más bajo y que ante la falta de competencia en una licitación, las comisiones tenderán a subir. Es por esto que el gerente de una de estas aseguradoras lo resume así: “La ley se hizo mal”.

“Esto va a terminar recargando el precio del seguro en los dividendos de las personas y ya no van a pagar el 4% sino que el 20% que ofrece un determinado banco o mucho más. No sólo es una cuestión que afecte a las corredoras. El problema ahora es que hoy no hay corredora que quiera participar en una licitación de éstas porque saben que van a ser reemplazadas”, explica.

Un alto ejecutivo de otra compañía afirma que si ninguna corredora decide “acompañar” a la aseguradora, BancoEstado podrá ofrecer su corredora para hacer las gestiones y sin la serie de “obstáculos” fijados por los bancos en la licitación.

“Para evitar sortear todas estas trabas que ponen, el mismo BancoEstado ofrece su propia aseguradora, BancoEstado Corredores de Seguros. Coincidentemente hay una corredora que hace todo eso que piden en la licitación y lo hacen rápido y sin problemas, como si quisieran hacer todo más fácil para elegirlos”, explica el ejecutivo.

La defensa

Durante el diseño de esta normativa en la administración de Piñera, distintos sectores mostraron sus aprensiones y preocupación por aspectos que, a su juicio, debían ser cuidados en la Ley de Seguros, ya que podía abrir la puerta a malas prácticas y el acceso a información privada. Así nació el polémico reemplazo de las corredoras.

En ese entonces, los bancos tenían aprensiones, sobre todo, con el acceso que iba a tener una corredora a las bases de datos de la banca de todos los clientes que iban a ser asegurados, algo que en la industria es más valioso en términos de la información que manejan. Bajo esa lógica, en la misma ley se estableció la obligación de confidencialidad de las bases de datos en virtud de la cual los corredores de seguros no podían hacer uso de esa información para fines distintos a los propios de prestar el servicio de corretaje de la cartera de seguros licitados.

Pese a ello, según el ex superintendente de Valores y Seguros del gobierno de Piñera, Fernando Coloma -quien lideró esta discusión- para dar mayores seguridades a las entidades contratantes del seguro frente a ese riesgo, “se incorporó la facultad de que los bancos pudieran cambiar la corredora de seguros que había sido parte de la oferta ganadora en la licitación (cuando hubiese dudas), pero en las mismas condiciones de precio a la que se había llegado tras la licitación”.

Ese mecanismo es el que hoy están aprovechando los bancos para razones distintas a las de su origen real. En la industria aseguran que esto afectará a los clientes en el futuro corto, ya que se trata de una modalidad anticompetitiva que se ha extendido por toda la banca privada, pero que causa aún mayor preocupación en BancoEstado, al tratarse del banco de todos los chilenos y el que debiera marcar la pauta en cuanto a buenas prácticas.

La SVS asegura que no ha recibido denuncias referidas al proceso de licitación que llevó a cabo BancoEstado y que siempre están evaluando “la eficacia y pertinencia de sus normas e instrucciones” para estos procesos, realizando análisis de los efectos que ha tenido la implementación de esta ley.

“Esto revelaría algo incluso colusivo”

La corredora de seguros de BancoEstado es una filial de la empresa estatal y funciona como “un producto más”, según afirman en la institución bancaria, lo que resulta paradójico pensando en que la corredora del banco participa en las mismas licitaciones que las otras compañías pero con clara ventaja.

También llama la atención en la industria el hecho que los altos ejecutivos entre ambas empresas -supuestamente independientes y donde una se presenta a la licitación de la otra- comparten trabajadores y oficinas. Por ejemplo, el presidente del directorio de BancoEstado Corredores de Seguros es Carlos Martabit, quien a la vez es gerente general de Finanzas de BancoEstado. O María Cecilia Vergara, directora en Corredores, pero también gerenta de la división Personas del Banco.

Según el gerente general de una aseguradora, “la corredora es un ente extraño que solo encarece un servicio para crear utilidades artificiales” y asegura que lo mejor sería eliminarlo del proceso.

El ex superintendente Coloma no está de acuerdo con esto: “Eliminar a la corredora sería un craso error, porque es a través de este esquema de licitación donde se debieran determinar los precios competitivos por el servicio de corretaje, alejándonos del mecanismo antiguo donde las comisiones cobradas por entidades contratantes y corredoras eran absolutamente desproporcionadas”, explica. Coloma destaca que con la Ley de Seguros las rebajas en los precios de estos, incluidas las comisiones, “han sido notables”.

Pese a ello, las críticas a su funcionamiento al borde de la ley se han ido extendiendo en las últimas tres semanas. Una ex autoridad financiera afirma que “el mensaje que podrían estar mandando los bancos al hacer este tipo de prácticas es que están disponibles con sus corredoras propias para una próxima licitación, que los tengan en cuenta a ellos y no a la competencia”, lo que de por sí es irregular.

Hay una buena presunción de que, si cobran un 20%, no es una comisión competitiva (ya que existen otros que ofertan con 4%) e incluso se podría pensar que hay amenazas bajo la mesa para que las aseguradoras vayan con las corredoras propias de los bancos y no con otras. Si eso se confirma, debiera investigarse ahora por un intento de coordinar la licitación, porque es grave”, dice el mismo.

Otra ex autoridad de la SVS, en la misma línea, asegura que “que ocurra esta sustitución de corredoras y que el próximo año no vaya nadie a la licitación o se elija solo a la corredora del banco es escandaloso, porque desvirtúa la ley. Esto debería ser investigado por la SVS urgentemente. Incluso cabría acá la Fiscalía Nacional Económica por presión de posición dominante. Sería una vergüenza y revelaría algo incluso colusivo”.

Consulto por El Dínamo, BancoEstado respondió que “es una institución financiera de carácter estatal y se rige por normativas y procedimientos establecidos claramente en la legislación vigente. En este contexto, los procesos de licitación de seguros para su cartera hipotecaria se llevan a cabo con estricto apego a dichas normativas y procedimientos”.

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