¿Cuál es la “utilidad” del Sector Público?
Tal como los Estados Financieros harán entendible “los resultados financieros” del sector público, esperamos que en futuro también se pueda avanzar en registrar mejor “los resultados de la gestión pública”, midiendo con cuántos recursos se logra cuál desempeño. Este desafío implicará construir datos que permitan registrar qué se hace con el dinero público y cuál es su verdadero impacto en la cantidad y calidad de los servicios que recibe la ciudadanía con cargo a ellos.
Jeannette Von Wolfersdorff es Directora Ejecutiva del Observatorio del Gasto Fiscal
¿Sabes cuántos activos tiene tu municipio o si efectivamente hace la gestión financiera requerida para cobrar los reembolsos por licencias médicas? ¿Sabes cuánto ha variado el patrimonio del Ministerio de Bienes Nacionales, cuáles servicios públicos tuvieron utilidad o perdida en 2016, o si existen servicios públicos que financian su gestión vendiendo terrenos, edificios o inmuebles?
Preguntas como estas podrán ser respondidas gracias a la introducción de las Normas Internacionales de Contabilidad para el Sector Público (NIC-SP), que la Contraloría General de la República está introduciendo desde hace varios años en un plan que, sin duda, es ambicioso. Los primeros Estados Financieros del Gobierno Central se publicarían en abril del 2017, a menos que los servicios públicos respectivos hayan solicitado un plazo adicional, con lo que el proceso podría extenderse hasta el año 2019. Para los 345 municipios del país, el 2017 será un año relevante, dado que se trabajará a lo largo del país en la regularización del activo fijo municipal, con el objetivo de registrar inversiones municipales, las edificaciones institucionales, terrenos, vehículos y muebles acorde a su valor debidamente actualizado.
Aunque la introducción de Estados Financieros Públicos parece teórico a primera vista, traerá consecuencias relevantes: en vez de ingresos y egresos, el foco se pondrá en datos continuamente actualizados sobre los activos públicos, los distintos tipos de deudas, la variación de los patrimonios públicos, y la utilidad o pérdida que generó la gestión pública. Es un cambio importante para el sector público, pues le entrega una herramienta concreta para mejorar su gestión financiera, basado en datos fiscalizables. Además, permitirá comparar la gestión financiera entre distintos servicios públicos, entre gobiernos de distintos países, o hasta entre servicios públicos y el sector privado. De esta manera, la presentación de los Estados Financieros Públicos no solo promoverán un mejor uso de los recursos públicos, sino que potenciarán también el rol del ciudadano como “accionista” de los servicios públicos.
Tal como los Estados Financieros harán entendible “los resultados financieros” del sector público, esperamos que en futuro también se pueda avanzar en registrar mejor “los resultados de la gestión pública”, midiendo con cuántos recursos se logra cuál desempeño. Este desafío implicará construir datos que permitan registrar qué se hace con el dinero público y cuál es su verdadero impacto en la cantidad y calidad de los servicios que recibe la ciudadanía con cargo a ellos. Asimismo, significará ir avanzando hacia un presupuesto basado en productos y resultados de la gestión pública. Porque mientras nuestra mirada esté concentrada en los gastos y no en los resultados de ese gasto, estaremos alentando, aún sin quererlo, la ineficiencia y la captura de recursos públicos para fines distintos a los socialmente deseables.