“La hora de la antipolítica”: desgranan el estilo Guillier y lo comparan con el Joaquín Lavín de 1999
“En un discurso vacío y probablemente medio oportunista, a parte de la clase política dice preocuparle que llegue a La Moneda un personaje del que no se sabe lo que piensa (porque ciertamente del senador Guillier se sigue saibendo poco y nada, con su manejo magistral y a cuentagotas de las entrevistas que concede a algunos medios)”, repara la columna en Diario Financiero.
La encuesta CEP de este jueves, la última realizada en el 2016 por parte la emblemática entidad, ya estableció el crecimiento de Alejandro Guillier como posible futuro candidato a la presidencia de Chile.
La distancia con Sebastián Piñera se acorta y cada día al senador se le ve más y más cómodo en su posición, pese a que le emplazan a que se manifieste respecto de ciertas materias sobre las cuales aún se ignora cómo piensa o qué opina.
En el Diario Financiero, la columna “Guillier: La hora de la antipolítica”, se desgranan ciertos aspectos del senador, y se analiza en comparación a otros casos similares en la política chilena.
Si bien se describe que se sentía incómodo cuando su nombre surgía como opción presidencial, de a poco en el recorrido de diversos pueblos de nuestro país en el contexto de la campaña municipal fueron convenciendo a Guillier de embarcarse en este camino.
“El 2016 ha sido el año del senador independiente Alejandro Guillier –quien presume de encarnar la novedad y la independencia-, lo que se ha critalizado en la encuesta CEP”.
Este sondeo ratifica el robustecimiento de Guillier y que su respaldo sigue creciendo. “Para el electorado, desencantado de sus dirigentes, sigue siendo la hora de la antipolítica, una estrategia que en Chile hizo debutar magistralmente Joaquín Lavín en la campaña de 1999 frente a Ricardo Lagos”.
“En un discurso vacío y probablemente medio oportunista, a parte de la clase política dice preocuparle que lleguen a La Moneda un personaje del que no se sabe lo que piensa (porque ciertamente del senador Guillier se sigue sabiendo poco y nada, con su manejo magistral, y a cuentagotas de las entrevistas que concede a algunos medios). A estos sectores les parece un despropósito que un político se vanaglorie de no serlo y que un candidato no exponga sus ideas sino que, por el contrario, apueste a esconderlas para seguir capturando apoyo popular, como estrategia calculada o lo que sea”, indica la columna.
En todo caso, “la ciudadanía, sin embargo, parece darle la razón al senador por Antofagasta. Los electores que lo siguen premiando como el dirigente de menor rechazo y mayor valoración positiva (…) difícilmente ahora le comiencen a pedir las definiciones que algunos le exigen. A Guillier, en el terreno de los afectos, lo quieren sin racionalidad de por medio, como a Michelle Bachelet en 2005 y 2013. En un escenario de desprestigio del gobierno, los tribunales, el Congreso y los partidos –como sigue graficando la CEP- al parlamentario lo apoyan porque, sea o no una ilusión, encarna la promesa de aires nuevos”.
En ese sentido, “el 2016, fue el año de Guillier y su proclamación de este sábado por el Partido Radical parece inaugurar el período del que será protagonista. Desde ahora, a seis meses de las primarias, su desafío radicará en que su base de apoyo ciudadano se traduzca en respaldo en las elecciones de la Nueva Mayoría del 2 de julio y en convencer a la centroizquierda de que, al margen de sus buenos números, es el candidato mejor preparado para enfrentar a un Sebastián Piñera incombustible y en situación expectante”.
Luego, la columna enfatiza en que en la encuesta CEP anterior Guillier marcó un 1%, y en seis meses llegó a 14%, instalándose en un “cómodo segundo lugar de las preferencias, a seis puntos del ex Presidente Piñera que subió de 14% a 20%. Parecía evidente que iba a aumentar –como lo estaban anunciando diferentes encuestas hace meses- pero no que iba a correr en solitario dentro de la Nueva Mayoría”.