Transantiago con “tarifa cero”: urbanistas destruyen propuesta de Jackson y acusan “populismo”
De acuerdo a la propuesta, una persona pagaría casi un cuarto de lo que pagan actualmente por concepto de viajes, sea al trabajo o a espacios de dispersión, familiares, etc., llegando a los 11 mil pesos mensuales, descontado por planilla a los trabajadores de la región.
Este martes, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de acuerdo que solicita a la Presidenta Michelle Bachelet la elaboración de un proyecto de ley con el objeto de establecer “tarifa cero” para el sistema de transporte público. La iniciativa fue presentada por el diputado Giorgio Jackson (RD) y aprobada con 69 votos positivos, uno en contra (de José Antonio Kast -ex UDI-) y 24 abstenciones de la bancada UDI.
La propuesta fue diseñada por dos ingenieros de la Universidad Católica, Juan Carlos Muñoz (director del CEDEUS) y Lorenzo Cerda, ingeniero y economista, quienes idearon la forma de financiar el sistema público de transporte en toda la región, descontando una cuota mensual por planilla a cada trabajador, logrando no solo inyectar más recursos al sistema, sino que evitando el déficit debido a quienes no pagan su pasaje.
De esta forma, una persona pagaría un cuarto de lo que paga actualmente por concepto de viajes, sea al trabajo o a espacios de dispersión, familiares, etc., llegando a los 11 mil pesos mensuales. Una cifra beneficiosa si se piensa en que con ese dinero hoy alcanza sólo para 15 ó 16 viajes y con este modelo serían viajes infinitos.
Los académicos que diseñaron la propuesta afirmaron en 2016 que el pasaje del Transantiago “sigue siendo muy alto para un grupo de menores recursos. (…) Viajar en el transporte público representa el 28 por ciento de los ingresos”.
Sin embargo, la propuesta no fue vista con buenos ojos en algunos sectores. Iván Poduje, arquitecto y socio de Atisba, desechó la propuesta asegurando que no sería un modelo gratuito para los ciudadanos porque sería pagado por todos los contribuyentes, “aunque no usen el sistema y aunque este no mejore su calidad de servicio”.
En esa línea, Poduje afirma que darle gratuidad al sistema es “validar la evasión”, que elevaría finalmente los impuestos y que el servicio se mantendría con el nivel de calidad actual. “Por ello no se ha implementado en ninguna ciudad relevante”, lanza.
“‘Innovar’ en estos asuntos le ha costado muy caro a Chile. Esperemos que los parlamentarios no aprueben esta muy mala y populista medida”, explicó.
Similar postura tiene el experto en transportes Louis de Grange, quien también apuntó al populismo y que “desconocen los negativos efectos en costos y calidad del servicio” que puede significar esta medida. A su juicio, esto podría generar un deterioro del servicio, mayores costos, segregación en el Metro y una disminución de viajes a pie o en bicicleta debido al incentivo de la gratuidad.
“¿Transantiago “gratis”? Ya, quitémosle a salud, educación, vivienda, jubilados, etc. para financiar a los evasores. Genios”, dijo.
En tanto, Pablo Allard, decano de la Facultad de Arquitectura y Arte de la Universidad del Desarrollo, se mostró de acuerdo con estas visiones y aseguró que se está legislando en favor de los evasores cuando la tecnología “Bip+biometric” ya permitirá subsidiar con gratuidad a los más pobres.
