Ex general Cheyre, el fin de un intocable

Mucho se habló sobre la dilatación de la renuncia del ex General Juan Emilio Cheyre al Servicio Electoral, cuando fue procesado por el Juez Mario Carroza por su eventual participación en el caso Caravana de La Muerte en La Serena. La duda mayor apuntaba a un encubrimiento, a un blindaje institucional para que no enfrentara la justicia como cualquier ciudadano.

Ante estas legítimas conjeturas, personalmente acudimos con familiares de los ejecutados políticos hasta La Moneda para expresarle a la jefa de Gabinete de la Presidenta Michelle Bachelet, Ana Lya Uriarte, que la situación era incómoda y que parecía una burla para los parientes y la cultura de defensa de los derechos humanos. En aquella cita, le dijimos que si no se cursaba la renuncia del ex General se podía prestar como una forma de impunidad para los genocidas.

La audiencia con Ana Lya Uriarte también fue para solicitar una reunión con la Presidenta Michelle Bachelet. Los familiares desean expresarle a la Mandataria todas las dificultades históricas que han tenido para lograr la esperada justicia. Creo que tuvimos una buena acogida a nuestra petición.

Lo mismo le manifestamos a la subsecretaria de DD.HH., Lorena Fríes. Una semana después de estas dos reuniones, el Ejecutivo informó a la opinión pública que finalmente se había acogido la renuncia de Cheyre como consejero del Servel.

Esta medida contribuye a la verdad y la justicia. Juan Emilio Cheyre deberá comparecer ante el juez Mario Carroza como un ciudadano común y despojado de su investidura como funcionario público.

Ahora deberá responder ante la justicia sobre su participación en la ejecución de 15 chilenos en el regimiento Arica de La Serena. Espero que sea el fin para un intocable que ocultó información por muchos años respecto de su real participación en el caso.

Pero Cheyre también tiene otro caso que aclarar. En la Tercera Comisaría de Carabineros de Ovalle se realizó recientemente una reconstitución de escena a raíz de una querella por torturas que interpuso Nicolás Barrantes. Asegura que el ex general fue su verdugo en el Regimiento Arica. Su hermano fue ejecutado en el recinto militar.

El ministro en visita extraordinaria para causas por violaciones a los DD.HH., Vicente Hormazábal, citará a Juan Emilio Cheyre por su eventual participación en estos acontecimientos.

¿Cómo es posible que Cheyre no supiera lo que estaba ocurriendo a su alrededor con aquellas torturas y ejecuciones sin juicio previo? Desde que llegaba el helicóptero Puma, todos sabían a qué venía el exgeneral Arellano Stark, mandatado expresamente por Augusto Pinochet.

A la luz de estos hechos, creemos que es imperioso hacer justicia, encontrar a los culpables y procesarlos, para que se sepa que en Chile nunca más ocurran estos sucesos y no queden impunes. Creo que estamos ante el fin de un intocable.