Visión y misión de Cambio Climático
Los efectos del cambio climático se están apreciando de manera dramática en todas las partes, de las que ninguna de las regiones de Chile queda ausente. La proliferación de incendios que ha cobrado tristemente la vida de tres combatientes de Conaf y la caída de un helicóptero es una muestra de ello, así como la pérdida de casas y, tres años atrás, de numerosas personas en los cerros y quebradas de Valparaíso.
Antonio Horvath Gutiérrez es Director Ejecutivo Instituto Libertad. @AntonioHorvathG
Desde el lunes 16 al sábado 21 de enero se realizó la segunda misión conjunta de cooperantes y socios relevantes de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales. En esta ocasión el encuentro tuvo lugar en las regiones de Aysén, Los Lagos y Los Ríos. Cabe recordar que esta estrategia es consecuencia de la convención marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que se acordó un compromiso de la mayoría de los países del planeta para reducir en forma lo más drástica “posible” la emisión de gases de efecto invernadero, y proteger y fomentar los sumideros de éstos, tanto en océanos como en las áreas continentales.
Los efectos del cambio climático se están apreciando de manera dramática en todas las partes, de las que ninguna de las regiones de Chile queda ausente. La proliferación de incendios que ha cobrado tristemente la vida de tres combatientes de Conaf y la caída de un helicóptero es una muestra de ello, así como la pérdida de casas y, tres años atrás, de numerosas personas en los cerros y quebradas de Valparaíso.
En esa misma condición de riesgo de una interfaz entre bosques altamente inflamables y zonas urbanas se hallan 29 ciudades chilenas. En buena parte de la zona central ya no se aprecian ni las cordilleras, debido a la cantidad de humo. De acuerdo a estadísticas, en nuestro país se queman 147 mil hectáreas por año y solo se forestan siete mil. Por tanto, urge revitalizar los viveros y plantar con especies nativas, para lo cual no es necesario hacer una nueva ley, sino solo ajustar la existente, creando de paso una gran cantidad de empleo para hombres y mujeres con un efecto claramente positivo para las personas, para el freno de los procesos erosivos y de desertificación que sufre más de la mitad del territorio sudamericano, y la revitalización de la economía.
Lo mismo ocurre con el agua, cada vez más escasa, cara y motivo de conflicto. Los acuerdos que se logran en este tipo de estrategias son muy significativos, no obstante, los compromisos que Chile adoptó en la Cumbre de Cambio Climático son muy mínimos: forestar 100 mil hectáreas de bosque nativo, protección de porciones de Océano y reducir los gases efecto invernadero de acuerdo a la variación del PIB. No es casual que la representación de Chile en el Fondo Mundial del Clima le corresponda a Hacienda. Una visión estrictamente economicista, necesaria desde el punto de vista de los equilibrios macroeconómicos, no resulta conveniente para una visión integral del problema.
Otra área en la que Chile tiene mucho que ofrecer es en las Energías Renovables No Convencionales y en la Eficiencia Energética; nuestro potencial solar y eólico desarrollable en corto plazo, geotérmico y mareomotriz a mediano plazo, dan energías limpias no solo para el país, sino que para América. Necesariamente requerimos de una visión de esta naturaleza, construida desde cada una de las regiones y localidades de Chile para enfrentar el desafío del cambio climático.