Ciper: cómo Agustín Edwards convenció a Nixon de apoyar el Golpe Militar de 1973
Días después de las elecciones de 1970, el propietario de El Mercurio viajó a Estados Unidos y se reunió con el entonces secretario de Estado Henry Kissinger y el director de la CIA, Richard Helms.
La muerte de Agustín Edwards hizo recordar a muchos el rol que tuvo el dueño de El Mercurio en el Golpe Militar, principalmente porque se le sindica como el gran responsable del apoyo de Richard Nixon a la ofensiva contra el gobierno de Salvador Allende.
Un reportaje publicado por Ciper hace casi cuatro años, durante el 40º aniversario del 11 de septiembre de 1973, dio cuenta de la visita que realizó el empresario a Estados Unidos en ese tiempo, lo que fue revelado por el ex secretario de Estado Henry Kissinger en su biografía y lo rescató el director del National Security Archive, Peter Kornbluh, en su libro The Pinochet File (2003).
Fue en 1975 cuando el informe del Comité Church del Congreso estadounidense dio cuenta en detalle de cómo la CIA usó a El Mercurio para desestabilizar a Salvador Allende, esto a través de las operaciones Track I y Track II, las que desde 1970 la agencia de inteligencia llevó a cabo para evitar la asunción de Allende y después para derrocarlo.
Días después de las elecciones de 1970, donde Salvador Allende salió electo pero aún debía ser ratificado por el Congreso, Agustín Edwards viajó a Estados Unidos para reunirse con Kissinger el 14 de septiembre de 1970 y así comenzar a planear cómo evitar la asunción de Allende al poder o su eventual derrocamiento. Al día siguiente de dicha cita, el ex secretario de Estado le pidió a Kissinger le pidió a Richard Helms, entonces director de la CIA, que conversara con Edwards y luego le diera su opinión.
Lo que nadie esperaba es que esa misma tarde, Nixon dio orden a la CIA de “evitar que Allende asuma el poder o derrocarlo”. Helms dijo al Comité Church del Senado estadounidense que tenía la impresión de que el entonces presidente norteamericano llamó a una reunión para dar la orden de intervenir en Chile, debido al testimonio que Agustín Edwards había llevado a Washington sobre la situación chilena.
Tres días más tarde se fechó la cita entre Edwards y Helms en un memorándum, donde se tachó uno de los nombres y solo se dejó el de este último. Pero Kornbluh, el mayor experto en archivos desclasificados sobre Chile, aseguró que por las fechas, no habían dudas de que el nombre que no se consigna era el del dueño de El Mercurio.
Allí se consigna que alguien –presumiblemente Edwards– se queja de no haber podido hacer algo para quitarle votos a (Radomiro) Tomic. Posteriormente, se explica que el gobierno estadounidense limitó su apoyo, permitiendo que alguien–nuevamente puede ser Edwards– hiciera una campaña contra Allende, pero no le permitió apoyar directamente a Jorge Alessandri.
En la cita se analizó la oferta de Alessandri de renunciar a asumir la presidencia en caso de ser electo por el Congreso, de modo de que Eduardo Frei Montalva, quien aún ejercía la presidencia, pudiera presentarse en los siguientes comicios y ser electo. Sin embargo, las posibilidades de Alessandri eran bajísimas y se decía que los democratacristianos estaban asustados porque los comunistas ya estaban haciendo listas negras con los nombres de los funcionarios de gobierno DC, consignó Ciper.
El documento evalúa tres riesgos de intentar evitar la asunción de Allende: qué hacer en caso de que el plan falle; algunos parlamentarios podían anunciar prematuramente su apoyo a Alessandri, gatillando que los comunistas “salgan a la calle”; y el general Roberto Viaux “o algún otro loco” podían intentar hacer un golpe, dificultando cualquier esfuerzo serio. El último punto del reporte desclasificado es el más relevante: analizan el “timing para una posible acción militar”.