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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Por la Libertad

"A los palestinos se les imposibilita aplicar el principio democrático que emana desde el principio de soberanía del Estado, cuestión que implica la auto-organización, que a su vez significa optar libremente por un sistema político, social, económico y cultural".

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Jaime Abedrapo es Director de la Escuela de Gobierno de la USS

Israel se ha negado sistemáticamente a presentar propuestas para la creación del Estado Palestino; de hecho la construcción del Muro y la sistemática instalación de asentamientos está llevando a que la viabilidad de un Estado Palestino sea prácticamente inexistente, ya sea por consideraciones de continuidad territorial o porque Israel se opone a la idea de permitirle soberanía (control de su espacio marítimo, aéreo y terrestre).

Recordemos que En definitiva, lo que está tras de la cuestión palestina, es la libertad.

Por supuesto que en tiempo de post verdad, es cada vez menos entendible por quienes asumen que no existen relatos justos o reivindicaciones sustentadas en principios superiores como el derecho a ser libres.

No obstante, sólo se intenta recordar a quienes aún depositan interés en la defensa de los derechos humanos, conquistados tras tanto sufrimiento de pueblos con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, o para quienes no están en la abrumadora indiferencia surgida desde el individualismo que ha atravesado el espectro social contemporáneo, el que tiende a inclinarse a entender las relaciones políticas y sociales casi exclusivamente desde el interés personal, socavando los consensos explicitados en la Carta de las Naciones Unidas y en regímenes internacionales que son cada vez menos respetados en el sistema internacional.

A continuación se presentan algunas violaciones a los derechos humanos en que viven los palestinos, quienes aún esperan por su libertad:

Convenciones de Ginebra. Prohibición de Actividad Colonizadora: artículo 49 (6) de la Convención de Ginebra. En 1951 se declaró “La potencia ocupante no deberá deportar o transferir partes de su propia población civil hacia territorio que ocupa”. Palestina recibió población extra continental y la suya ha sufrido sistemático desplazamiento a través de deportaciones, confiscaciones de tierras, usurpación de propiedades por medio de la ley del ausente, entre otros mecanismos. Ello trasgrede los principios y normas para la prevención y represión del genocidio, crímenes de guerra y crímenes de Lesa Humanidad. De hecho en los crímenes detectado en contra de los palestinos, hay algunos que responden a la violación del derecho internacional humanitario, otros a los derechos humanos y algunos pertenecen a ambas parcelas.

Ciudadanía. Los jueces en Israel han dictaminado que la ciudadanía y la nacionalidad sean categorías distintas, ello ha sido así desde la fundación de Israel en 1948. La nacionalidad en Israel no se sustenta en una identidad cívica compartida como en la mayoría de los países, sino en la identidad étnica propia. Es decir, en términos concretos existen dos categorías, una judía y otra árabe. El objetivo sería mantener el carácter de supremacía judía del Estado sionista. Un ejemplo son los habitantes palestinos (árabes) de Jerusalén Oriental (anexada ilegalmente por Israel) tienen estatus de “residentes permanentes”, mientras que cualquier judío del mundo obtiene ciudadanía automáticamente si quiere instalarse allí.

Por otro lado la anulación de residencia, dentro de las leyes discriminatorias, se imparte desde 1952 por delito de “deslealtad al Estado de Israel”, lo cual es un acto de violencia contra los palestinos, que se ha perfeccionado en el 2010, cuando se modificó la Ley de Ciudadanía, exigiendo desde entonces que toda persona que solicite la ciudadanía israelí tendrá que declarar lealtad a Israel como “Estado judío y democrático”.

Los señalado es contrario a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en especial por el incumplimiento al artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas, lo que se padece en torturas, encarcelamiento sin cargos ni proceso judicial (más de diez mil presos políticos palestinos se encuentran en cárceles israelíes), asesinatos selectivos, confiscación de tierras, disrupción injustificada de atención médica, empleo, comercio, libertad de tránsito, destrucción de la propiedad privada y pública, separación familiar, impedimento de ingreso a la tierra natal; entre otras violaciones a los derechos humanos.

El catálogo de incumplimiento a los derechos humanos se extiende y se prolonga en el tiempo de manera indefinida. Las razones de seguridad no pueden ser excusa a esta situación de violación sistemática de todas las convenciones internacionales.

En la búsqueda de un sistema internacional que consiga salvaguardar la vigencia del régimen internacional de los derechos humanos, sobre todo en momentos de una evidente pugna de poder entre actores centrales que amenazan con desmantelar todos los consensos internacionales, es que se insiste en la necesidad de libertad para el pueblo palestino, como una necesaria revitalización de las convicciones refrendadas en la Carta de los derechos humanos, y porque cada pueblo merece ser libre!

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