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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

Piñera en Corpesca y corrupta Ley de Pesca

"Ahora nos enteramos, a la luz de su reciente Declaración de Intereses y Patrimonio, que Exalmar era solo una secuela de sus inversiones en el sector de la pesca".

Por Daniel Núñez
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Daniel Núñez es Diputado del PC por el distrito 8: Coquimbo, Ovalle y Río Hurtado. Dirije Comisión de Recursos Hídricos e integra las comisiones de Economía y Pesca. Sociólogo.

El ex presidente Sebastián Piñera nunca deja de sorprender con sus conflictos de interés, tráfico de influencias y negociación incompatible.

Lo que sabemos, hasta ahora, es que durante su mandato hizo inversiones en la empresa peruana Exalmar mientras Chile mantenía el litigio en La Haya con nuestra vecina nación.

Después conocimos que mientras estaba a la cabeza del Gobierno tuvo participación en la minera Dominga y que incluso, para favorecer sus inversiones y la de sus amigos, soslayó la institucionalidad ambiental para bajar a dedo el proyecto termoeléctrico de Barrancones.

Ahora nos enteramos, a la luz de su reciente Declaración de Intereses y Patrimonio, que Exalmar era solo una secuela de sus inversiones en el sector de la pesca. La precuela, su primer ingreso a esta industria, se produjo el año 2008 a través de AntarChile, empresa manejada por el grupo Angelini y que controla Corpesca, actualmente formalizada por el delito de sobornos en la Ley de Pesca.

El exmandatario hizo su primera inversión en AntarChile el 17 de julio de 2008 y actualmente posee acciones valorizadas en 23,6 millones de dólares. De esta forma, queda nítidamente claro que desde el 2008 Piñera sabía que una de sus áreas de negocios estaba férreamente ligado a la pesca industrial. El exmandatario no puede alegar desconocimiento de esas inversiones al asumir La Moneda.

AntarChile es la empresa que verdaderamente ejerce el control de Corpesca mediante un esquema de cascada del que forma parte Eperva e IgeMar, ambas también de propiedad de AntarChile.

La participación de Sebastián Piñera es relevante por el elevado monto de la inversión (US$ 23,6 millones) y por la relación de AntarChile con Corpesca, pues controla más del 70% de la propiedad de Corpesca, además de nombrar 3 de los 4 directores de la junta de accionistas de la pesquera mencionada.

Según la Ley N° 18.575 que regía en el año 2010 sobre Probidad en la Función Pública y Prevención de los Conflictos de Intereses y el decreto supremo N°45, de 2006, del Ministerio Secretaria General de la Presidencia, Piñera estaba obligado a declarar en su patrimonio las inversiones directas e indirectas, como fue el caso de AntarChile, controladora de Corpesca. Pero no lo hizo.

Con estos antecedentes, recurriremos a la Contraloría General de la República para que dictamine la ilegalidad de Piñera al omitir su inversión indirecta en Corpesca y por no haberse inhabilitado de enviar y conducir en el año 2012 la tramitación de la polémica Ley de Pesca. Estamos ante faltas graves a la probidad y la transparencia.

La ley de bases generales de la administración del Estado considera una contravención al principio de probidad intervenir en asuntos en que exista un interés personal y participar en decisiones en que exista cualquier circunstancia que le reste imparcialidad. (Artículo 62 número 6).

Un precedente positivo en esta línea se produjo durante la administración Piñera. El año 2012, el entonces ministro de Minería, Hernán de Solminihac, para evitar un evidente conflicto de interés, se inhabilitó de participar en la discusión sobre las concesiones de litio, porque su hermano, Patricio de Solminihac, era subgerente general de Soquimich.

Lo grave es que Piñera, vía Ley de Pesca, se hizo más multimillonario al entregar el mar a perpetuidad a Corpesca, un agente corruptor de la política chilena, y ha empobrecido a miles de pescadores artesanales. Piñera multiplicó solo para su mesa los panes y los peces.

La inversión en Corpesca, Exalmar y Dominga son algunos de los negocios que contribuyeron a engordar su billetera al abandonar La Moneda en marzo del año 2014. Según Forbes, su fortuna se incrementó en 2 mil 400 millones de dólares, lo que contrasta con la fortuna de mil millones de dólares que poseía al asumir el mando de la nación en el año 2010.

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