Urbanismo integrador
"Cuando demonizamos a una comuna completa por tener grandes edificios con un importante número de departamentos, encapsulamos una realidad que sólo responde a la necesidad de cientos de familias de vivir integrados a la ciudad".
Ariel Rappaport es Gerente General de Ralei Development Group
Santiago ha evidenciado un gran crecimiento en los últimos años, tanto en su población como en sus proyectos inmobiliarios, los que se han trasladado cada vez más lejos del centro activo de la ciudad. Este desarrollo, sin una planificación consistente y de largo plazo, ha dado como resultado una falta de cohesión social, que repercute directamente en el sector de la población de menores ingresos de nuestro país.
Vivimos inmersos en una ciudad que tiende a segregar en temas urbanísticos, sociales, económicos y de transporte. Como resultado de esto último, hay quienes dedican a diario varias horas en llegar a sus destinos, ya sea hogares, trabajo, centros de recreación, entre otros, lo que no sólo desgasta su calidad de vida, sino que también genera graves problemas sociales al estigmatizar a ciertas comunas de la capital.
Cuando demonizamos a una comuna completa por tener grandes edificios con un importante número de departamentos, encapsulamos una realidad que sólo responde a la necesidad de cientos de familias de vivir integrados a la ciudad y a la posibilidad que tienen de contar con una mejor calidad de vida que, en cierta medida, le entrega la conectividad.
Es un error dejar recaer la responsabilidad exclusivamente en manos de las inmobiliarias, ya que son las autoridades municipales y ministeriales, las llamadas a proveer de los planes reguladores que normen las construcciones, el crecimiento de la ciudad y su transporte, desde una mirada integradora y de largo plazo.
Con este marco necesario, todos los actores involucrados pueden trabajar en conjunto para dar un valor añadido a la ciudad, con una densidad habitacional responsable, con integración de las áreas verdes, entre otros factores, que mejoren la calidad de vida de todos los ciudadanos, sin distinción.