Reformas de Bachelet y el fin del neoliberalismo
"En educación se destaca el avance en el cumplimiento del compromiso símbolo de la campaña, la gratuidad en la educación superior. Hoy 257 mil jóvenes cuentan con este beneficio. Sus familias ya no deben endeudarse para que uno de los suyos mejore su futuro".
Daniel Núñez Arancibia es Diputado (PC) por el Distrito 8 Coquimbo, Ovalle y Río Hurtado. Sociólogo y Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos.
“Nada de lo que hemos logrado está asegurado para siempre. Porque hemos aprendido, dolorosamente, que los avances históricos pueden sufrir retrocesos y afectar las vidas y anhelos de las personas. Todos hemos conocido en este tiempo las resistencias de algunos a los cambios porque afectan sus intereses particulares”.
Esta fue una de las frases finales de la Presidenta Michelle Bachelet durante su cuenta pública ante el Congreso pleno, tras repasar durante casi dos horas una larga lista de logros y de puntualizar los desafíos pendientes.
La última parte de su discurso tuvo un sello político muy personal y emotivo.
Al analizar la cita textual de la Mandataria, se infiere su mirada sobre el destino trágico de los movimientos políticos y sociales que han impulsado transformaciones profundas al modelo dominante. El ejemplo más inmediato y más abyecto fue el golpe de Estado de Pinochet contra el gobierno de la Unidad Popular. La clase dominante respondió con violencia institucional a la conquista de mayores derechos para el pueblo.
Es obvio que la historia no se escribe con papel de calco y también es cierto que la Presidenta Bachelet no encabeza un proceso reformista como el de Allende. Las palabras de la Mandataria, sin embargo, son un llamado de alerta para valorar y defender los avances de las reformas que, hasta ahora, han permitido ir dejando atrás las políticas neoliberales implementadas por la dictadura y que tanto gustó a la Concertación.
Durante su mensaje y con la seguridad que dan tres años de arduo trabajo desde La Moneda, la Presidenta se mostró con mucha convicción, confianza y espontaneidad al momento de detallar cada uno de los éxitos de su gestión y también para sincerar con claridad las autocriticas y para enviar mensajes que permitan enfrentar las complejidades del proceso.
Son muchos los logros del periodo. Sería largo de enumerar. Me centraré en algunos.
En educación se destaca el avance en el cumplimiento del compromiso símbolo de la campaña, la gratuidad en la educación superior. Hoy 257 mil jóvenes cuentan con este beneficio. Sus familias ya no deben endeudarse para que uno de los suyos mejore su futuro. La Presidenta agregó que para el año 2018 esta se extenderá al 60% de los estudiantes más vulnerables. Sin embargo, queda pendiente asegurar la gratuidad mediante una ley.
Por otro lado, las familias de 290 mil alumnos de la educación básica y media dejaron de pagar para estudiar, mientras que la carrera docente permitirá este año a cerca de 100 mil profesores mejorar su remuneración en un 30%.
La Mandataria, asimismo, refrendó que en marzo del 2018 comenzarán a funcionar los primeros 5 Centros de Formación Técnica (CFT) estatales y gratuitos. En la Región de Coquimbo se ubicará en Ovalle, lo que permitirá entregar grandes oportunidades para los jóvenes de la provincia, quienes no deberán trasladarse a Serena o Coquimbo. Empieza a concretarse un sueño, una propuesta que presenté hacia fines del año 2013 al rector de la Universidad de La Serena y que después nuestro Gobierno hizo suyo.
La educación deja de ser un bien de consumo y vuelve a la vereda de los derechos sociales.
Otros dos temas estratégicos que también abordó la Presidenta fueron el litio y la nueva Constitución. Ella reafirmó la política pública de gobernanza de los salares y la explotación pública que hará Codelco en Maricunga y Pedernales, región de Atacama.
Como integrante del Movimiento Litio para Chile, organización que agrupa a sindicatos mineros e industriales, estudiantes, académicos y organizaciones sociales, se valora que el mineral no metálico comience a tomar protagonismo como una forma de diversificar la explotación minera asociada tradicionalmente con el cobre.
La instalación de litio en la agenda pública debe reforzar nuestro esfuerzo por impulsar la industrialización, mayor valor agregado y la recuperación de Soquimich de las corruptas manos de su controlador Julio Ponce Lerou. También debemos avanzar hacia la creación de una empresa nacional del litio para generar mayor trabajo y bienestar para nuestro país. No nos puede pasar lo mismo que con el carbón, el salitre o el cobre.
Litio y nueva constitución deben ir de la mano, porque debemos incluir en la próxima Carta Magna que los recursos naturales sean nacionalizados para asegurar un modelo de desarrollo sustentable y democrático.
El financiamiento de algunas reformas no habría sido posible sin la puesta en marcha de la Reforma Tributaria. La Presidenta citó al Banco Mundial para afirmar que “el 10% más rico de Chile paga 93% de los incrementos en impuestos recaudados. Así, los mayores impuestos pagados por el 0,1% más rico de la población aportan el 73% del total recaudado”.
Tras la cuenta pública, la derecha y su candidato presidencial Sebastián Piñera, continuaron con su campaña para dañar la imagen de las reformas del Gobierno, tal como lo han hecho majaderamente durante todo el periodo a través de los medios de comunicación hegemónicos.
Si bien aún quedan 9 meses de gobierno, periodo en que restan temas por finiquitar y proyectos que concretar, ya se puede reseñar que el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet pasará a la historia como aquel Gobierno que, pese al boicot de los grandes grupos económicos y sus partidos, hizo el giro para reducir la desigualdad social y emparejar la cancha.
En el escenario inmediato, de cara a la elección presidencial, se prevé una dura lucha política, ideológica y comunicacional. La contradicción principal será avanzar para consolidar y profundizar las reformas democráticas o retroceder hacia el neoliberalismo.
Así como empecé con una cita de la Mandataria, quiero cerrar con otra frase de la Presidenta Bachelet:
“Hemos aprendido que podemos y debemos soñar y exigir un país mejor, que podemos construir, paso a paso, el país que anhelamos. Sobre todo: hemos abierto las opciones del futuro y las hemos devuelto a quienes le pertenecen: a los ciudadanos”.