Se busca Líderes: lo que nos dejó las primarias
Los partidos tienen que construir para el futuro, corregir el error de postular encuesta en mano y no con convicción política, a quienes no están preparados para asumir ese rol.
Lucía López es Feminista, Periodista.Conductora de radio y televisión.
Esta primera fase de la carrera presidencial pone la pelota en el piso con los votos versus la especulación y encuestas mal formuladas, pero ampliamente difundidas, como las que ubican a Sánchez por sobre Guillier, Ossandón y Kast, pese a que, en marcas en papeleta, uno la superó ampliamente y otro, prácticamente, la empata. Pero también nos permite evaluar el estado del liderazgo político actual.
Vamos a partir por reconocer a los ganadores indirectos, comenzando por Evopoli, que se afirma como movimiento, logrando ampliar su conocimiento e instalar a su candidato como una carta con proyección en la centro-derecha.
Segundo, el ex Alcalde de Puente Alto quien volvió a aterrizar en números el gran apoyo que tiene, que poco se relaciona con el voto antagónico a otros candidatos porque es un votante tradicional y territorialmente conocido para él. Lo importante ahora es que, de una vez por todas, pase de ser un caudillo a un real líder político y vuelque esa adherencia en un movimiento ordenado que pueda movilizar más allá de su persona.
Esto último, también corre para el Frente Amplio, que como movimiento lleva pocos meses, pero con líderes y partidos con presencia y otras elecciones -parlamentarias y municipales- a cuesta. Sus militantes pueden celebrar el instalarse como alternativa, pero si no logran elaborar una estrategia que incluya lo que la política conlleva que es tender puentes y hacer alianzas, la ilusión de llegar a La Moneda quedará sólo en eso; como una fiesta de pocos, ad eternum.
Frente Amplio debe revisar sus plazos y estrategia. La primera meta de movilizar ampliamente para esta primaria, no la cumplió; por ende, puede trabajar, tal como Evopoli, en la construcción de más líderes para el futuro y la inclusión de propuestas programáticas en negociaciones del presente. Idealmente, esos líderes no deben venir de la búsqueda de externos, sino que del levantamiento de los propios. El trabajo político es fundamental para responder preguntas claves como candidato, y en ese contexto, Beatriz Sánchez recién inicia un camino que podría crecer con un rol parlamentario o de servicio público. Formarse como una mujer en la política. Tiene lo que muchos carecen, llegada y credibilidad, pero adolece de experiencia y conocimiento del campo. Y eso forma parte de una última conclusión que arroja esta primera etapa en la carrera presidencial: la ausencia de candidatos con verdaderos liderazgos, incluyendo a los que no estuvieron presente en la papeleta.
Trump nos recuerda que una cosa es ser Presidente y otra, líder. En política, ese rol no lo encarna quien gana una competición, sino que quién encabeza un movimiento porque tiene una postura ideológica que convoca, moviliza y proyecta un camino más allá de la contingencia. Líder no es quien sólo promete hacer lo que las mayorías quieren. Debe ser capaz de escuchar, pero también, de proponer un camino surgido de la reflexión y el análisis personal, que a veces puede ser distinto al común y difícil de postular, pero no por eso, menos correcto. Y lograr convocar al colectivo, en torno a ese camino, es el mérito de los grandes líderes políticos que encarnan en sus discursos sus también grandes anhelos para un mundo que hoy lo obliga a mirar más allá de su reducto e incluso, de sus propios electores. Hoy, los líderes deben ser globales.
Las primarias (y sus ausentes) nos dejan debates de baja monta, frases con poca altura política, egoísmos en busca de ganancias de un grupo más que de un colectivo, menos de un país, y candidatos sin ideas claras ni propias. Educar desde la primera infancia en participación política y ciudadana se transforma en algo necesario y urgente para el beneficio de todos. Y trabajar en ella para convertirte en líder, un camino inevitable. Pero los partidos, tienen que construir para el futuro, corregir el error de postular encuesta en mano y no con convicción política, a quienes no están preparados para asumir ese rol.
Lo bueno es que las primarias también demostraron que aún Chile tiene público ávido de votar y que acude a las urnas, pese a todas las dificultades que se le ponen, incluyendo el trabajo directo o indirecto por desprestigiar la política y disminuir la participación que sólo le conviene a los que tienen el poder y trabajan mal para mantenerlo. Esos votantes, merecen líderes de verdad. Quienes hoy, continúan en competencia, deben saber ponerse a la altura.