Capellán del Hogar de Cristo se lanza contra los que apuntan a fundaciones en crisis del Sename
El capellán de la institución hizo una autocrítica por el caso que ha indignado a la opinión pública.
“La indignación hoy nos despertó. Los niños más vulnerados del país no son del Estado, ni del Sename, ni de una fundación“. Así comienza Pablo Walker, capellán del Hogar de Cristo, su cuestionamiento a quienes han apuntado a distintas instituciones por la crisis que enfrenta el organismo estatal.
Según cuenta, hace unos días, en una población en la que visitaba a unos adultos mayores, llegó una vecina con una niña de cuatro años de la mano: “Llevésela, se la regalo. No es broma“.
“¿Qué pasó en la vida de esa mujer para que dijera eso? ¿Cuántos años pudo ir al colegio esa abuela? ¿Habrá ido al doctor por su reumatismo? ¿Podrá alimentar a su familia con lo que le pagan haciendo aseo? ¿Por qué no lleva a su nieta al jardín? ¿Qué ayuda tuvo cuando su hija, la madre adolescente de esa niña, se metió en la droga? Y, nosotros, ¿fuimos parte del abandono o del reconocimiento del derecho de su vida?”, se pregunta.
La carta publicada en El Mercurio agrega que “hoy nos comenzó a irritar la vulneración de sus derechos más básicos, la negligencia y precariedad del Estado garante, la falta de institucionalidad jurídica, los bajos estándares con los que trabajamos las organizaciones colaboradoras y las palabras de quienes acusan sin hacerse responsables ni tener conocimiento de la realidad que comentan”.
“Esperamos que esta indignación sea lúcida y nos involucre con la parte de responsabilidad que nos toca“, agrega, haciéndose una serie de cuestionamientos sobre las responsabilidades compartidas.
“¿Qué debemos hacer distinto los ciudadanos, los poderes del Estado, las organizaciones sociales y fundaciones, las empresas y asociaciones, para reparar la capacidad parental de cuidar a los niños y niñas de nuestro país? ¿Cómo empezamos a honrar los derechos humanos en las residencias? Debemos avanzar en la autocrítica y en esa urgencia de dignidad que hoy nos activa. Manos a la obra“, concluye la misiva.