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Actualizado el 25 de Noviembre de 2020

El feminismo utilitarista del Frente Amplio

"Colgarse de la violencia de género para desmarcar a un candidato en tiempos donde Ricardo Rincón sigue pataleando por su exclusión de la papeleta DC, me parece preocupante".

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Karen Denisse Vergara Sánchez es Periodista e investigadora en temáticas de género y violencia

Me genera sentimientos encontrados lo que está sucediendo con el Frente Amplio. Más allá de ser una teleserie que redes sociales se ha encargado de llevarnos cómodamente a nuestros teléfonos celulares y computadores en tiempo real, se trata de una situación que no es para nada ajena a cómo está operando y abordando la problemática de género en los espacios públicos, principalmente en la política.

Primero que todo, sin ser santo de mi devoción y reconociendo su constante egolatría y ambición, Alberto Mayol pasó a ser el chivo expiatorio de un distrito que está disputándose todo de una manera burlesca. Con este vaivén de dichos y audios de whatsapp, se termina por ningunear a los habitantes de las comunas que componen el distrito 10, y se termina por manosear también lo que buscamos conseguir con el feminismo.

Es cierto que tenemos una baja tasa de mujeres en política y ejerciendo cargos altos (aún cuando tengamos una presidenta a la cabeza). Es cierto también, que en la política chilena el blindaje y las malas prácticas, han transformado en una tarea titánica optar a algún cupo de forma independiente o alejados de los grandes conglomerados, pero convengamos en que ninguna de estas dos inquietudes ha permeado en el Frente Amplio. La inclusión de las temáticas de género ha sido por lo menos, sospechosa. No está clara en ninguna declaración de principios anterior, salvo el cuadrarse con la propuesta de aborto en 3 causales y la posibilidad de un gobierno feminista, encabezado por Beatriz Sánchez, aún sin dejar claro a qué nos referimos con ello, y causando mayor desconfianza en un país donde incluir estos temas ha sido una tarea azarosa y de largo aliento.

Mayol, por su parte, liderado por su ego, se cegó en su ambición de optar a una candidatura a diputado, primero rechazando los distritos ofrecidos, negando el trabajo de la mesa y las bases, y por otro lado, tomando la decisión de ir por un distrito que ya estaba definido hace no poco tiempo. Lo que vemos en su audio es una sobre-reacción a la idea de que ha sido formalmente marginado de todo espacio. Un audio prepotente, hay que decirlo, donde se refiere de forma machista a la otra candidata, Natalia Castillo como “la amiguita de”, pero que en ningún caso justifica las acusaciones de violencia de género que se le han achacado encima, salvo que exista algún otro caso o hecho que en este momento no hayamos conocido.

Colgarse de la violencia de género para desmarcar a un candidato en tiempos donde Ricardo Rincón sigue pataleando por su exclusión de la papeleta DC, me parece preocupante. Comparemos ambos casos ¿cuánto costó marginar al diputado? ¿cuánto nos demoramos en demostrar que con todos los antecedentes previos en su contra, era impensable que se propusiera como candidato nuevamente? El Frente Amplio no viene a darnos una clase de feminismo. Solo escogió el término más adecuado y polémico para desmarcar a Mayol en una guerra de egos elitistas. Porque lamentablemente acá no existe un afán de proteger a Natalia Castillo, sino que hay un interés por apartar a un candidato que -descubrieron muy tarde- les traería enormes dolores de cabeza por no ser capaz de plegarse a lo que las juntas deciden. Queremos un mayor nivel de discusión en la política. Algo que nos estaba prometiendo el Frente Amplio y que lamentablemente quedó en el papel.

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