“Soy loca, es verdad” y otras doce frases que Erika Silva le dedicó a Dávalos a dos años de su salida de La Moneda
La ex jefa de gabinete del hijo de la Presidenta reapareció en la prensa abordando la amistad y la relación que mantenía con él antes del estallido del caso Caval.
Fue el 12 de mayo de 2015 cuando Erika Silva presentó su renuncia a La Moneda, un mes después de que lo hiciera Sebastián Dávalos a raíz del destape del denominado caso Caval.
Más de dos años han pasado desde entonces y, actualmente, quien fuera la jefa de gabinete del hijo de la Presidenta Michelle Bachelet actualmente se encuentra trabajando en el Centro de Investigación e Innovación en Educación y TIC de la Universidad de Santiago, donde ofrece cursos y asesorías en tecnología y desarrollo humano.
Silva volvió a hablar con la prensa y esta vez lo hizo con Revista El Sábado, donde volvió a abordar su salida de la Dirección Sociocultural, del estallido del caso y, principalmente, de su relación con Dávalos.
“No me arrepiento (de haber defendido a Dávalos), porque no hubiera llegado a las cosas bellas que he logrado si no fuera por el tortuoso camino en La Moneda. Ha sido una lección de humanidad tan grande, como una cicatriz en el cerebro”.
“Me acuerdo que entre que Sebastián se fue y me mantuve en La Moneda, me subía a la micro y me decían: ‘Ahí va la puta de Dávalos, esa hue… es ladrona, esa es la Natalia Compagnon’. Y es terrible porque él es mi amigo”.
“Él sabía que iba a salir el reportaje, pero si yo hubiera sabido lo que significaba, ni cag… me voy (de vacaciones”.
“Me imagino que pensaba que no era tan grave. Dávalos pensó que era normal algo que no lo era. Era tan absurdo saber eso y exponerse a ser director sociocultural. Me imagino que no se dio cuenta”.
“Hablamos regularmente. Le preguntaba cómo iba el juicio, cómo avanzaba, cómo estaba la Natalia, los niños, él. Pero hace tres meses dejamos de hablar. Sabía que con la conversación sobre los costos que he pagado por lo que pasó con Caval no me iba a hablar más. Le dije lo que pensaba por Gtalk y nunca más me contestó. No me mandó nunca más un e-mail”.
“Dávalos es un hombre difícil de ayudar, uno nunca sabe qué es realmente lo que está sintiendo. Echo de menos a mi amigo, pero no podía seguir pegada en el tema”.
“Soy una persona decorosa, nunca le dije oye tú eres hijo de la Bachelet. Las lágrimas se me iban hacia adentro, estaba emocionada. Yo sabía toda su vida y la de su mamá, porque cuando uno es bacheletista se lee todos los libros. Lo que la prensa dice, de que soy loca, es verdad. Nunca lo he desmentido: hay mejores y peores formas de ser loca, pero esta es la mía”.
“Peleábamos; si no estaba de acuerdo con algo se lo decía en la cara. Ahí empecé a tenerle mucho cariño, porque él es bueno”.
“Yo le decía que me encantaba el planeta Dávalos, meterme en su cabeza y entender el poder”.
“Con Dávalos no éramos amigos de ir a la casa, pero nos veíamos todos los días”.
“Yo creo que Dávalos tiene vacíos en su vida, siendo un buen hombre, llenaba su vida con cosas materiales”.
“Las palabras de Dávalos tienen un impacto muy grande. Si alguien aspira a conocer lo que realmente pasó, él no lo va a decir nunca. O quizás en diez años más, cuando ya no importe”.
“El bacheletismo es una enfermedad curable, yo soy prueba de eso”.