Si a la Presidenta no le interesa el crecimiento económico, poco se puede hacer
Ernesto Evans es El Dínamo.
Relatemos un poco los sucesos, en parte, recogidos en una columna anterior que escribí en este medio. El Programa de Gobierno de Bachelet ponía que “la economía no está creciendo como debería. …Sin embargo, a partir del 2015, retomaremos la senda sostenida de crecimiento y en la segunda mitad de la próxima administración, Chile crecerá en torno al 5%, es decir, al nivel de su PIB potencial”. La realidad, lamentablemente, no fue como pronosticaron. Estamos creciendo menos de la mitad de lo que plantearon los economistas de la presidenta, y eso, claramente, no parece haber sensibilizado a la mandataria. Está, además, está en el sustrato de la quitada de piso al ex ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, al exhibirse y apoyar públicamente al Ministro Mena (Medio Ambiente), cuando la pugna con Hacienda estaba en su apogeo.
Hace un tiempo atrás, quedó demostrado que para Bachelet el crecimiento económico es de segundo orden: “No me interesa un crecimiento económico brutal si no hay mejora en la vida de las personas” (07 de abril 2017). En medio de la actual crisis, que significó la salida de Rodrigo Valdés, ex Ministro de Hacienda, y de Luis F. Céspedes, ex Ministro de Economía, la presidenta declaró que es “Chile necesita que su crecimiento vaya de la mano del cuidado del medio ambiente, y esto es un sello de mi Gobierno” (agosto 2017). Muchos concordamos con esa frase, pero no se hice responsable de otro asunto: la falla institucional evidente e inexplicable para la gente respecto de la forma como se decidió bajar el proyecto Dominga.
Se está quebrando consenso básico que imperó por años, la piedra que fue fundamental para la otrora “Concertación”: sin crecimiento económico, no es factible financiar programas sociales, pensiones básicas solidarias, gratuidad, mejor salud, etc, etc. Al parecer los hechos permiten concluir de la primera magistratura cree poco en la acción de los privados, y, probablemente, magnifica demasiado la capacidad del Estado. Incluso que considera posible que pueda haber bienestar para la gente sin los empresarios.
Se vienen las elecciones y el candidato Piñera ha pegado un certero golpe al ofrecer mayor crecimiento. Esto va a impactar a Guillier. Sin dudarlo va a ser un tema en las preferencias para las próximas elecciones, porque la sabiduría popular no va a optar por el Estado, sino por quienes puedan ofrecer mayor crecimiento y empleos.