Estudiantes universitarios del área salud toman clases de creole para hablar con pacientes haitianos
Actualmente representan el tercer grupo de extranjeros que se atienden en el sistema público de salud y la gran dificultad del personal es entender lo que dicen.
Son la mayor migración que ha llegado al país en el último tiempo. Los haitianos vienen a Chile buscando mejores horizontes, pero muchos de ellos llegan sin saber una palabra en español, lo que se ha convertido en una barrera no sólo comunicacional, sino que también de inserción social o de acceso a servicios básicos, como la salud.
Actualmente representan el tercer grupo de extranjeros que se atienden en el sistema público de salud y la gran dificultad del personal es entender lo que dicen. Frases tan cotidianas para los haitianos como: “Tèt mwen fè m mal” (me duele la cabeza) o “Mwen gen yon lafyèv” (tengo fiebre), son para los equipos clínicos, el equivalente a un curso de cálculo 4. Si bien el lenguaje no verbal ayuda, se necesita del apoyo de traductores.
Frente a esto, – estudiantes de la Universidad San Sebastián de las carreras de Medicina y Obstetricia de Santiago- solicitaron que se les impartiera un taller de creole con el fin de acercarse a los pacientes haitianos que les toca atender mientras realizan sus prácticas clínicas en los centros de salud y lograr una comunicación efectiva con las personas.
Constanza Arce, estudiante de Obstetricia y Matronería de la USS Santiago y una de las impulsoras de este taller, señala que “durante los últimos años se ha constatado una alta tasa de migración haitiana y como futuros profesionales no podemos estar al margen de estos datos, es por esto que hemos dado a conocer los relatos de nuestras prácticas clínicas a las autoridades de la Universidad, a los que agradecemos que se haya tomado en cuenta esta necesidad tan importante que tenemos como futuros profesionales”.
Para Verónica Muñoz, matrona de la Universidad de Concepción que trabaja en un Centro de Salud de Atención Primaria de Santiago Centro, esta realidad es tan latente que ella misma ha tenido que capacitarse en el dialecto para poder llevar un correcto control de sus pacientes. “La verdad es que las haitianas más o menos en este minuto representan el 7% del área de controles prenatales. Ha sido un aprendizaje mutuo, porque nosotros hemos tenido que entender el contexto de costumbre y ellas han tenido que comprender de nosotros la parte técnica. Por eso encuentro excelente esta iniciativa para estudiantes universitarios, ya que capacitarte en la marcha se hace un poco más difícil, pero si ya traes estas habilidades como parte de tu formación de pregrado, lo encuentro fantástico”, dice la profesional.
Por su parte, José María del Pino, director ejecutivo de la Fundación Frè, institución que ayuda a migrantes que han llegado al país, para acompañarlos y promover su inserción social, señala que este tipo de políticas es el camino correcto con el cual Chile debe afrontar la migración. “Nosotros como fundación valoramos y aplaudimos siempre las políticas institucionales que tienen un énfasis de promover la interculturalidad. Este tipo de iniciativa va en una dirección correcta, donde no se trata que nosotros tenemos que adaptarnos a los migrantes, sino que podamos facilitarles su adaptación a través de iniciativas como ésta. La academia está al debe en esto ya que tiene muchas cosas que aportarle a la política migratoria en Chile”.