Radiografía al explosivo aumento de “gastos de difusión” pagado por la Cámara de Diputados
Se registra un aumento significativo de gastos para difundir el trabajo que realizan los parlamentarios en sus distritos, coincidentemente en periodo de definición de candidaturas.
Mes a mes, cada uno de los 120 diputados que componen la Cámara Baja tiene un monto de 5 millones 700 mil pesos para los gastos operacionales de la actividad parlamentaria. Con esa cifra deben arrendar las sedes, hacer los pagos de servicios básicos, teléfono, viático, uso de vehículos y difusión, con el fin de representar a los habitantes de sus distritos.
Cómo usen ese monto queda a criterio del diputado, aunque con ciertas limitaciones definidas por el Consejo Resolutivo de Asignaciones Parlamentarias, siendo el que genera más recelo el correspondiente a “difusión”, que no tiene un límite como sí lo tienen otros ítems. Este permite “servicios de imprenta, fotografía, grabación y filmación. Contratación de espacios en radioemisoras, canales de televisión, diarios, revistas, publicaciones diversas y sitios de Internet”, entre otros.
Hay quienes durante los cuatro años en el cargo no han imputado ese tipo de gastos, algunos que lo han utilizado en montos bajos y otros que han tenido un gasto regular en los últimos años. Pero también hay varios que en los últimos meses, previo a la oficialización de candidaturas y repostulaciones al Congreso -lo que ocurrió el 21 de agosto pasado-, aumentaron progresivamente los gastos de difusión, superando incluso los montos autorizados por la propia Cámara Baja para cada mes, según pudo constatar El Dínamo con datos de Transparencia.
Uno de ellos es el diputado Pepe Auth, quien va a la reelección por el megadistrito 8. En enero y marzo gastó 93 mil pesos en difusión y entre abril y junio fueron 397 mil pesos cada mes; sin embargo, en julio hubo un crecimiento explosivo que llegó a $6.600.415, totalizando ese mes un gasto de 10 millones 818 mil 742 pesos, el doble de lo autorizado por la Cámara.
El diputado ex PPD también sextuplicó el gasto en “materiales de oficina” ese mes, llegando al millón 837 mil pesos. Los gastos de agosto, en tanto, cayeron a 327 mil pesos.
Caso similar con la diputada Maya Fernández, la carta socialista para el polémico distrito 10. En marzo, mayo y junio no superó los sesenta mil pesos de gasto en difusión, y en abril llegó a $1.496.192. Pero en julio pasado la cifra utilizada en difusión creció notablemente: $4.149.940.
En La Florida, Camila Vallejo ha tenido gastos distintos cada mes. En enero gastó por concepto de difusión 1.284.450 de pesos, en marzo $620.000, en abril $2.242.700, en mayo $1.385.200 y en junio 65 mil pesos. Pero en julio esa cifra creció a 4 millones 376 mil pesos. En agosto la diputada utilizó solo 48 mil pesos en este concepto.
El diputado Rojo Edwards (hoy independiente) decidió competir por el Senado en La Araucanía, una tarea titánica en consideración que va solo en una lista. Sus gastos en difusión han sido variados en el tiempo: en enero gastaba 453 mil pesos, en abril 81 mil pesos y en junio un poco más de medio millón. Pero en marzo, cuando comenzó a juntar firmas para inscribir su candidatura, llegó a gastar $2.338.356, cifra similar a la que gastó en julio pasado -semanas antes de la inscripción oficial-, cuando gastó dos millones y medio.
Altos gastos
El aumento de gastos en periodo electoral ocurre en prácticamente todos los partidos. En el PPD, Rodrigo González gastó en julio 2 millones 355 mil, mientras que en los meses anteriores no gastó más de 500 mil pesos en ese ítem. Su par de la UDI Joaquín Lavín León los meses anteriores gastaba entre siete mil pesos y 385 mil, pero en julio llegó a $1.741.543.
Lo mismo con Daniel Melo (PS), quien en julio ocupó un millón 233 mil pesos frente a los 425 mil pesos que promediaba los meses anteriores. Lo mismo con el comunista Lautaro Carmona, quien en julio llegó a dos millones 112 mil pesos, el doble de lo gastado el mes anterior y bastante superior a los 79 mil que gastaba en enero.
En medio de las definiciones de la DC de ir o no en una lista con el resto de la Nueva Mayoría, el diputado Gabriel Silber aumentó considerablemente sus gastos en difusión en mayo ($2.202.700), junio ($3.017.600) y julio ($2.714.500). Las cifras son mayores al promedio de 350 mil pesos que gastaba en 2015, al promedio de un millón de 2016 o los 653 mil pesos que gastaba en abril de este año. En agosto cayó drásticamente a un gasto de 12 mil pesos.
Por su parte, la diputada Alejandra Sepúlveda (ex DC) en julio gastó $3.190.301, en junio $4.877.201, en mayo $2.672.601 y en abril otros $2.303.401, lo que coincide con el periodo de junta de firmas para la inscripción de su candidatura como independiente. Antes de eso tuvo gastos de 500 mil pesos en varios meses, aunque durante todo su periodo se ha caracterizado por tener gastos de este tipo superiores al millón y medio cada 30 días, llegando a los tres millones en algunos momentos puntuales, como en mayo del año pasado.
El diputado Gustavo Hasbún es otro que busca llegar al Senado, aunque esta vez no representando a La Florida sino que en La Araucanía. A lo largo su periodo legislativo, el parlamentario UDI ha gastado entre 800 y un millón 200 mil pesos en difusión, pero desde octubre pasado esa cifra se triplicó, así como sus viajes a la zona que comenzó a realizar una vez al mes.
Ese mes pagó 3 millones 121 mil pesos, los dos meses siguientes dos millones y medio, para seguir aumentando en marzo ($3.788.932), abril ($3.607.000), mayo ($2.749.600) y junio ($2.586.000). En julio, eso sí, pagó solo 52 mil pesos y en agosto 51 mil más, justo en momentos en que su nominación en la zona ya estaba zanjada. Además, Hasbún hasta junio pagaba mensualmente $680.754 por el arriendo de su sede en La Florida, pero desde julio ese monto quedó cifrado solo en 15 mil pesos.
Según explica el secretario general de la Cámara, Miguel Landeros, “no hay una regla” y cada diputado destina los recursos en virtud de lo que mejor le parece. “Si lo hace bien, no hay problemas, pero si no, el Comité de Auditoría se pronunciará en sus revisiones mensuales y se lo van a cobrar”, afirma y agrega que “si hay un diputado que eliminó una sede y aumentó difusión, habrá que revisarlo”.
Reorganización de los gastos
Disminuir gastos en sedes u otros para aumentar, por ejemplo, el presupuesto de difusión ha ocurrido en el último año. En julio de 2014, la Cámara de Diputados pagaba por el arriendo de 245 sedes para los 120 diputados, siendo el peak en noviembre de ese año, cuando algunos parlamentarios tenían cinco arriendos y otros solamente una sede, dependiendo de la extensión de la zona que representan. Pero en julio de 2017 la situación es diametralmente opuesta: los arriendos alcanzan los 185 entre todos los legisladores.
Las razones para esa baja son variadas. Entre quienes han eliminado algunas de sus sedes -según pudo constatar El Dínamo– aparecen los que no irán a la reelección y han comenzado a “bajar la cortina” a su legislatura, como Joaquín Tuma (de ocho a seis), Enrique Jaramillo (de cinco a dos) o Joaquín Godoy, Karla Rubilar y Patricio Vallespín (de tres a solo un arriendo).
En otros casos aparecen quienes han decidido reorganizar sus gastos, como es el caso del diputado DC Claudio Arriagada, quien en 2014, 2015 y 2016 lideró la lista de las sedes más caras, llegando a pagar un millón 488 mil pesos hasta septiembre pasado. Cuando Arriagada llegó al Congreso, arrendó dos sedes: una en La Granja por 450 mil pesos mensuales y otra en San Joaquín, donde hasta el año pasado pagaba mensualmente $1.488.370.
Sin embargo, en octubre del año pasado, Arriagada determinó dejar esa costosa sede y optó por arrendar una colindante a la que ya tenía en La Granja, por la que hoy paga $515.224. Eso le permitió ahorrarse un poco menos de un millón de pesos al mes por concepto de arriendo.
La decisión no fue casual. Un mes antes de cambiarse de sede, Arriagada estaba sobre girado con los gastos que permite hacer la Cámara de Diputados para el trabajo distrital, debiendo pagar solo en septiembre pasado $8.079.190. Estos “sobre giros”, según la normativa de la corporación, pueden imputarse al mes siguiente para ordenar las cuentas.
Ese hecho, además, coincidió con una reorganización de los gastos del diputado DC. Hasta hace un año exacto, en la época donde comienzan a delinearse las candidaturas y repostulaciones al Congreso, Arriagada gastaba en difusión entre 43 mil y un millón de pesos mensuales, pero desde octubre pasado los gastos en ese ítem comenzaron a bordear los dos millones y medio prácticamente todos los meses, lo que pudo permitirse, por ejemplo, con el ahorro de una sede más barata.
Baja en sedes parlamentarias
Arriagada no es el único que ha reorganizado sus gastos y cerrado sedes. Por ejemplo, su par democratacristiano Fuad Chahín los tres primeros años del actual periodo legislativo, tenía cinco sedes parlamentarias en Victoria, Lautaro, Galvarino, Curacautín y Vilcún, por un total de 877 mil pesos mensuales más los reajustes de cada año. En octubre pasado cerró la de Galvarino y ese año solo dos quedaron activas: Vilcún y Victoria, por un total de 382.724 mensuales, menos de la mitad que pagaba en años anteriores.
Otros diputados que van a la reelección también comenzaron a cerrar algunas de sus sedes. La diputada UDI Andrea Molina -quien postula al Senado- por tres años mantuvo dos sedes, en Quintero y Quillota por casi 300 mil pesos. Sin embargo, este año se mantuvo solo la sede de Quintero en calle Piloto Alcayaga, por 187 mil pesos.
El PS Christian Urízar tenía tres sedes en su primer año de Congreso: en Quillota ($331.691), en La Ligua ($250.000) y en Quintero (4250.000), por un total de $831.691.Hoy solo tiene una en Quillota, aunque en una dirección distinta y en un precio mayor: $411.760. Esto corresponde a la mitad de lo que pagaba antes.
José Antonio Kast (ex UDI) hoy es candidato presidencial, razón por la que ya cerró una de sus dos sedes parlamentarias. En julio de este año dejó la sede de Peñalolén y solo se quedó con la de La Reina, por la que hoy está pagando 680 mil pesos, lo que le permitió un ahorro de 380 mil pesos. Cabe destacar que Kast, durante los tres meses de campaña, prometió suspender su trabajo como diputado y donar su sueldo a diez fundaciones.
Caso opuesto es el de la diputada Marcela Sabat. La parlamentaria RN siempre ha tenido una sola sede en Ñuñoa, la que entre 2014 y 2016 estaba ubicada en calle Los 3 Antonios por 300 mil pesos mensuales. Sin embargo, en enero de este año se cambió a una ubicada en Capitán Orellana por un millón cien mil pesos mensuales.
Los pagos más altos en sedes el mes pasado son liderados por los diputados de las zonas extremas: Vlado Mirosevic (Partido Liberal) se ubica en el primer lugar con $1.134.255 en Arica, seguido por Gabriel Boric con $1.113.384 en Punta Arenas. El tercer lugar lo ocupa la diputada Sabat, mientras que el cuarto el diputado Felipe De Mussy en Puerto Varas con 933.434 pesos y Maya Fernández con 906.764 en Ñuñoa.