La explícita carta de un ex alumno del Alonso de Ercilla que hunde aún más a los Hermanos Maristas
"Lo más aberrante es que se pida orar por el alma de un pedófilo", fue parte de una misiva firmada por Matías Adonis.
Una serie de denuncias sobre abusos sexuales al interior de los colegios administrados por la Congregación de los Hermanos Maristas se han conocido los últimos días en Chile. Ante esta situación, Matías Adonis, ex alumno del Alonso de Ercilla, relató sus vivencias al interior del establecimiento, cuestionando el accionar de los religiosos.
“Cuando era niño se corría el rumor que la castidad española-chilena de los Hermanos Maristas estaba en duda.
Se rumoreaba que algunos de ellos tenían prácticas completamente normales basadas en la biología y los tiempos modernos, en cuanto a sexualidad se refiere”, comienza la carta enviada a The Clinic.
La misiva relata un crudo escenario, contrario “para estos tiempos”, donde “no es nada normal que un adulto le introduzca el pene en la boca y/o lo refriegue en el rostro y/o lo meta en un ano (hasta ese momento virgen) y/o bese con propósitos sexuales y/o amedrente con amenazas después de haber concretado lo anterior, a un púber o niño. Tampoco es normal que después de años en silencio salieran los casos de abusos a la luz, y mucho menos normal es que después de haber identificado al culpable, la congregación lo blindara, se callara (como hasta ahora) y lo mande a un país vecino, como diciendo ‘aquí no pasó nada’. Pero lo más aberrante es que un profesor ‘pida orar por el alma del pedófilo’”.
Según cuenta el ex alumno, se corría el rumor que la castidad española-chilena de los Hermanos Maristas regalaba Súper Nintendos a “los alumnos que recibieran la bendición de la verga sagrada”, prácticas que se escondían bajo una “crianza fascista donde ser médico, ingeniero o abogado es el fin último, sin importar los medios, sin generar comunidad, con el individualismo y exitismo a flor de piel”.
En esa misma línea, Adonis reconoce que los hechos que se han conocido son indignantes, pero no sorprendentes, ya que son solo el resultado de “una radiografía en la educación católica, privada y derechista”. Es ahí cuando el ex alumno recuerda casos de bullying e injusticia -los que califica como “micro-abusos”- al interior del colegio, pero reconoce que “no se acercan siquiera un poco a la magnitud de ser violado”.
“Terminé intentando aceptar que no había abusos, porque así lo decían todos; que el evidenciar tendencias autodestructivas era mi problema y culpa de nadie más; que si me hubiesen tocado los genitales no debía considerarlo anormal y tenía que mantenerme callado… hasta crecer un poco… un poco bastante… como recién ha crecido esta decena de víctimas que seguramente son muchos más“, explica.
Finalmente, concluye con una lapidaria frase: “el Marista hizo su pega casi de forma perfecta, quizás mejor que Colonia Dignidad, que no pudo guardar sus abusos por mucho tiempo. ¿Y por qué les fue casi tan bien? Porque sus ‘micro abusos’ que machacan desde los cómplices padres hasta las víctimas hijos, son CASI PERFECTOS”.