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Actualizado el 20 de Septiembre de 2017

Programa “Un Buen Comienzo”: cómo la colaboración impacta al sistema escolar

Durante dos años, en cada establecimiento toda la comunidad educativa participa de instancias que les permiten compartir, reflexionar, retroalimentar sus experiencias y resultados en el aula.

Por María Gabriela Salinas
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Hace 10 años existe en Chile un proyecto de desarrollo profesional docente que busca contribuir al mejoramiento de la calidad de la educación inicial, apoyando a las escuelas en la mejora de las prácticas pedagógicas de los equipos educativos.

Se trata de “Un Buen Comienzo“, iniciativa de la Fundación Oportunidad que evalúa siete ejes de intervención: Desarrollo del Lenguaje, Desarrollo Socioemocional, Interacciones de calidad en el aula, Asistencia, Involucramiento Familiar, Liderazgo de los equipos directivos y Tiempo instruccional.

Lo interesante del proyecto es que, además, contempla el trabajo colaborativo entre las escuelas participantes e incluye acompañamiento mensual a educadoras, técnicos en párvulos, equipos directivos y sostenedores de escuelas municipales. Éstos son guiados por Coordinadores de Terreno de la fundación, quienes observan, analizan y reflexionan en conjunto con los equipos educativos y directivos la puesta en práctica de las estrategias propuestas.

Todos enseñamos y aprendemos, y a través de la colaboración se logran mejores resultados“, explica la investigadora mexicana Jafet Arrieta a El Dínamo, quien se encuentra de visita en Chile para evaluar la implementación del programa, el que actualmente se lleva a cabo en 28 escuelas y 35 salas de las regiones Metropolitana y VI Región.

Según señala, hace algunos años se adoptó una metodología que se llama “Mejora de la Calidad”, cuya idea es incorporar herramientas de forma sistemática y aplicarlos a los proyectos educativos. Para ello, se aplica un modelo del mundo de la ingeniería, que son tres preguntas: qué queremos lograr-cuál es nuestra meta-; cómo vamos a saber que los cambios generaron una mejora– indicadores medidos en el tiempo-; y qué cambios vamos a probar -las ideas o estrategias-.

“Estas tres preguntas se vinculan con un ciclo conocido como planear-hacer-estudiar-actuar , lo que es el motor del aprendizaje., Al trabajar con las escuelas, ellas van probando ideas de cambio a pequeña escala, y a medida que se ven los impactos de estos cambios, estos se van expandiendo”, expresa la investigadora, asesora de Fundación Oportunidad. “La clave es aprender mientras probamos, y adoptar este aprendizaje para poder sistematizarlo y compartirlo”, agrega.

Aquí también está la importancia de que las escuelas trabajen juntas. “La idea es que los establecimientos adopten esta metodología, prueben cambios y se reúnan periódicamente para compartir los aprendizajes, retos y desafíos enfrentados, además de las estrategias utilizadas para enfrentar estos retos”.

Arrieta asegura que “los resultados han sido excelentes en Chile”, con un avance importante, ya que en las escuelas existe una apertura a innovar en estrategias para tener mejor desempeño

El proyecto “Un Buen Comienzo” se desarrolla de forma intensiva durante dos años en cada establecimiento, tiempo durante el cual, toda la comunidad educativa participa de instancias que les permiten compartir, reflexionar, retroalimentar sus experiencias y resultados en el aula a través de procesos colaborativos. Así, los equipos aprenden unos de otros, reconocen las buenas prácticas pedagógicas y de liderazgo, ajustando o bien eliminando aquellas que no brindan los resultados esperados.

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