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1 de Diciembre de 2017

Fisco deberá pagar $ 100 millones por muertes tras el tsunami en Dichato

La Corte Suprema condenó al Estado a pagar la millonaria suma por su responsabilidad en la entrega de información errónea.

Por Redacción EL DÍNAMO
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La Corte Suprema condenó al Estado a pagar una indemnización total de $100.000.000 a familiares de padre e hija que fallecieron por inmersión producto del tsunami que asoló la localidad de Dichato tras el terremoto del 27 de febrero de 2010.

En fallo unánime, la Tercera Sala del tribunal confirmó la sentencia de la Corte de Apelaciones de Concepción que ordenó al fisco indemnizar a los familiares de León Ortiz Novoa y Valeria Ortiz Obregón, tras establecer la falta de servicio del Estado al levantar la alerta de tsunami, lo que provocó que los familiares de los demandantes abandonaran la zona segura donde se encontraban para regresar a su casa, ubicada en la zona que arrasó el maremoto.

Según se establece en el fallo, el llamado a la calma hecho por el entonces intendente Jaime Tohá, quien instó a la población a regresar a sus casas descartando la ocurrencia de un tsunami, es, precisamente, “la conducta que constituyó la falta de servicio atribuida por los sentenciadores del fondo”.

El fallo sostiene que las víctimas, no obstante habían decidido refugiarse intuitivamente en los sectores más altos de Dichato, decidieron volver a sus casas tras los llamados hechos por Tohá “en dos entrevistas dadas a Radio Bío Bío en la madrugada del 27 de febrero de 2010, a las 5:01 y 5:19 de la mañana, informando que según el contralmirante se había descartado la ocurrencia en un horizonte próximo de un tsunami, es, precisamente, la falta de servicio que provoca la responsabilidad del Estado”.

En la sentencia se deja establecido además que se levantó la alerta de tsunami mucho antes de siquiera tener certeza de las características del sismo (sólo una hora y media después de ocurrido) y sin tener antecedentes respecto a si éste reunía o no las particularidades para generar un maremoto. A esto se suma la falta de comunicación entre los organismos responsables que impedía contar con información fidedigna para orientar de manera correcta a la población que se había puesto a resguardo.

León Ortiz Novoa, Sonia Obregón Villalobos y la hija de ambos, Valeria, dormían al interior de una casa en Dichato cuando sintieron el fuerte terremoto del 27 de febrero de 2010. Al ser advertidos que salieran porque podrían haber marejadas, subieron al cerro, en donde permanecieron por varias horas tratando de sintonizar alguna radio para saber qué estaba pasando.

Al escuchar los mensajes por la mencionada radio, decidieron volver a la casa para ir a buscar sus pertenencias y regresar a Chillán. Cuando estaban por entrar, escucharon un grito que se venía el mar, e intentando arrancar, se subieron a su auto, pero el agua llegó inmediatamente, hundiendo el vehículo.

En ese momento, León Ortiz empujó hacia la superficie a Sonia Obregón, quien no sabía nadar, y alcanzó a subirse a una puerta que flotaba en la que estuvo por horas, hasta que fue rescatada por bomberos.

Horas después, los cuerpos de su marido y su hija fueron encontrados.

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#Dichato#maremoto#Tsunami

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