De hierbas culinarias a vinos: los emprendimientos que surgen de la comunidad Atacameña
Gracias al Programa “Atacama Tierra Fértil”, vecinos de las localidades de Toconao y San Pedro de Atacama han materializado diversos proyectos, los cuales aprovechan las cualidades únicas que ofrece nuestro desierto en materia de agricultura.
El Desierto de Atacama, el más árido del mundo, da lugar a verdaderos oasis en cuanto a ciertos procesos asociados a la agricultura, tal como sucede en el caso de hierbas culinarias y para infusiones que sólo crecen en esta zona, o bien algunas cepas de vinos. Ambas particularidades que supieron explotar dos emprendedores: Patricia Pérez y Ricardo Vilca, quienes ayudados por el Programa “Atacama Tierra Fértil” de SQM levantaron promisorios negocios en torno a estos nichos.
Así, a pocos años de emprender, Patricia se alista para montar su boutique de hierbas, mientras que Ricardo tiene toda su fe puesta en la exportación de sus vinos. Además, gracias al auge que han tenido estas iniciativas, tanto Patricia como Ricardo fueron parte del reciente Foro Mundial de Negocios Indígenas, el cual por primera vez se realizó en Chile y donde también nos representaron miembros de las culturas Rapa Nui y Mapuche.
Cabe mencionar que este foro, donde los líderes empresariales de Canadá buscan la generación de alianzas con sus pares de comunidades indígenas, abordó temáticas relacionadas – por ejemplo- a turismo, casos de éxito y sus respectivos modelos de negocio, banca e inversión global.
Aromas y sabores
Como una herencia de su madre y abuela describe Patricia su afición a las hierbas. Esto, ya que fue de ellas de quienes adquirió todo el conocimiento que la llevó hace 7 años a dar los primeros pasos de su emprendimiento.
Desde aquél entonces se dedica a recolectar y sembrar algunas hierbas, para luego venderlas. Además de las tradicionales, como menta, toronjil dulce y hierbabuena, Patricia cuenta con una gama de hierbas únicas de Atacama, tales como la rosa del año, al igual que rica-rica, pingo-pingo, muña- muña, tola, entre otras.
Todas éstas son secadas a la sombra para que no pierdan sus propiedades y tampoco contienen aditivos ni preservantes. De esta manera, estos productos 100% naturales, que conjugan sabores cítricos, dulces y agridulces en comidas e infusiones, han cautivado a miles, entre ellos al destacado chef y dueño del restaurante Boragó, Rodolfo Guzmán, quien las utiliza para sus innovadoras preparaciones.
“Ahora tengo mi marca registrada, La Atacameña, y me gané un proyecto grande con el voy a instalar mi boutique de hierbas, la que va a estar en mi casa en Toconao, en mi pueblo”, nos contó Patricia.
Pero concretar este sueño no fue tarea fácil, ya que requirió de mucho esfuerzo y también de colaboración externa, pues para poder dar vida a “La Atacameña” esta emprendedora postuló a dos fondos de SQM, los cuales afortunadamente se adjudicó. Adicionalmente, a través del programa “Atacama Tierra Fértil” pudo adentrarse en el mundo de los negocios, adquiriendo conocimientos acerca de contabilidad y atención del cliente, así como también ser parte del Foro Mundial de Negocios Indígenas.
“Participar de este foro fue una experiencia única y una gran oportunidad para mostrar nuestros productos. Luego de esto, mis expectativas son ser reconocida y que la gente pueda identificar que estas hierbas pertenecen al territorio atacameño”, afirmó Patricia Pérez.
Vinos en altura
La historia de Ricardo Vilca en relación a los vinos comenzó en 2008, cuando un viaje a Israel le mostró un mundo de posibilidades en torno a la agricultura. Y desde entonces, se ha dedicado de lleno a la producción de los vinos que se encuentran bajo la marca “Ayllu”, cuyas parras se encuentran en altura y dan vida a las variedades de las cepas Syrah, Chardonnay, Malbec, Pinot Noir y Petit Verdot.
“Ayllu” es un nombre en Kunza, antiguo idioma del pueblo atacameño, y significa “trabajo en comunidad”, y refleja a la perfección lo que es este emprendimiento, del cual participan –además de Ricardo- otros nueve viñateros.
Para llevar a cabo esta iniciativa, el apoyo de profesionales de agronomía y enología, quienes fueron puestos a disposición de los viñateros por parte del programa de SQM, fue fundamental. Tanto así que ahora las metas de este grupo de vecinos son altas.
“Estos vinos los comercializamos en San Pedro de Atacama, principalmente para los turistas, pero también tenemos pensado venderlos en el extranjero. Tenemos mucha fe en que nos va a ir muy bien”, anticipó Ricardo.
Con una producción aproximada de 5.000 litros al año, el proyecto Ayllu tiene aún mucho por crecer, según nos contó Ricardo, quien igualmente fue parte del Foro Mundial de Negocios Indígenas, del cual señaló que: “Fue maravilloso. Pude compartir con personas de Canadá, Nueva Zelanda y mapuches. Fue un siete como experiencia”.