La cruda historia de la joven de 29 años que se someterá a eutanasia hoy, pese a no tener una enfermedad terminal
Debe "acabarse con el tabú de la eutanasia para pacientes con enfermedades mentales", afirmó Aurelia Brouwers.
Aurelia Brouwers es una joven de 29 años que ha provocado el interés mediático debido a su extraño caso. Hoy 26 de enero, la holandesa tendrá una muerte asistida, pese a no padecer una enfermedad terminal.
“Me comunicaron que habían aprobado definitivamente mi solicitud de suicidio asistido y me preguntaron si quería programarlo ya. Les dije que sí y me lo pusieron para el 26 de enero. Fue la mejor noticia que he escuchado en los últimos años. Por fin me voy a morir”, contó la joven.
Durante la adolescencia, Brouwers diagnosticada con un trastorno límite de la personalidad, un trastorno de estrés postraumático crónico y diversas adicciones. Cuando duerme, recurrentemente tiene pesadillas, pero cuando despierta nada mejora. “Es como si tuviera pequeñas agujas en la cabeza y un martillo las golpeara cada segundo. Se trata de una lucha continua que se libra dentro de mí”, explicó a El Confidencial.
A los 12 años los médicos señalaron que tenía depresión, lo que se agravó tras la muerte de una amiga cercana. A partir de ese entonces empezó a medicarse y a ir a terapia, pero ningún tratamiento servía para calmar su agonía. Luego empezaron las autolesiones. “Es una manera de liberar mis emociones”, indicó.
Su primer intento de suicidio fue a los 21 años, cuando trató de tirarse por una ventana. En ese punto, Aurelia Brouwers era un peligro para sí misma, según ella misma afirmó. Estuvo interna en una clínica psiquiátrica, desde donde la expulsaron tras amenazar a una enfermera con un arma punzante.
Los intentos de suicidios siguieron. “Me sentía muy frustrada, necesitaba hacer algo con mi dolor y mi mente entró en un estado de locura. Fui al sótano de mi casa y le prendí fuego. Lo pienso ahora y… Fue la cosa más estúpida que he hecho en toda mi vida porque puse en peligro a mucha gente”. Por ese suceso, la joven fue condenada a dos años y medio de cárcel a los 25 años.
Recuperó la libertad en diciembre de 2016 y en el primer reencuentro con su psiquiatra le dijo abiertamente que, si no encontraba una solución para curarla, estaba dispuesta a pedir la eutanasia. Con esa intención llegó a la Clínica De Hoop, un centro cristiano de atención psicosocial.
Luego de lograr la aprobación para su muerte asistida, Aurelia Brouwers reflexionó señalando que debe “acabarse con el tabú de la eutanasia para pacientes con enfermedades mentales. Los tratamientos y la medicación no funcionan para un pequeño porcentaje de enfermos mentales. No funcionaron conmigo. Y yo ya no puedo más”.
A diferencia de otros países, Holanda permite aplicar la eutanasia a enfermos con problemas mentales severos. En 2012 se concedió a 12 personas mientras que en 2016 la cifra escaló a 60. Dicha cifra representa menos del 1% del total de muertes asistidas, siendo la gran mayoría, un 68%, debido al cáncer.