“Gracias, Soa Bachelet”: Mario Waissbluth ironiza con la “universititis” producto de la gratuidad
"Claro, si hay gratuidad, mi hijo debe ir, obvio, a la universidad, aunque sea a obtener un titulo charcha en una universidad charcha", expresó el experto en educación.
El fundador de Educación 2020, Mario Waissbluth, ha sido crítico con algunas políticas de Gobierno respecto a la educación superior, y en una columna publicada en las redes sociales, se refirió en particular a lo que llama “el perjudicial mito de la ‘Universititis‘”, fenómeno que ha sido impulsado, entre otros, por la gratuidad.
“Las familias lo dicen, los jóvenes lo creen. ‘Quiero que mi hijo vaya a la universidad’. Están honestamente convencidos de que así les va a ir mejor en la vida. Y así, la presión social es por ir a la ‘universidad‘. No dicen ‘quiero que mi hijo vaya al DUOC’ o ‘al INACAP’, porque eso significa algo así como de baja estofa, ¿me entiende usted? Y además se la creen en serio de que sus hijos van a ganar más dinero en la vida de esa manera”, expresó a través de un post de Facebook.
En esa línea, aseguró que “es muy posible, casi seguro, de que si a sus hijos les da para cumplir los exigentes requisitos de ingreso para entrar a Derecho en la PUC, o Medicina en la U de Chile, o a Ingeniería en la U. de Concepción, les va a ir muy bien en la vida económica (no me refiero aquí a las vocaciones). Pero si sus hijos lograron entrar raspados a una carrera universitaria no acreditada, con bajos o nulos requisitos de admisión, el mito se derrumba rápidamente, y es muy posible que, incluso si consiguieron gratuidad, terminen trabajando de taxistas o de cajeros, cosa que hubieran logrado igual sin farrearse mucha plata propia o del estado y varios años de su vida estudiando en la ‘universidad‘… eso sin contar con la alta tasa de deserción de muchas de esas carreras medio chantas“.
Según Waissbluth, a esos estudiantes “les habría ido mucho pero mucho mejor en su vida económica si hubieran obtenido un título de chef o de ingeniero de ejecución metalúrgica, en un Instituto, o de soldador calificado en un CFT. Pero en reuniones sociales prefieren no comentar eso porque sería como un estigma“.
El columnista citó datos de mifuturo.cl, donde un ingeniero en automatización y control egresado de Instituto tiene en promedio mayor empleabilidad (90%) que un cientista político de universidad (70%), y al quinto año de recibido gana $1.7 millones mensuales vs. $1.3 el cientista político. “En el tramo inferior, los cientistas políticos ganan $300 mil, aproximadamente lo mismo que un juglar callejero si este trabajara 8 horas diarias 5 días a la semana“, detalla. “Me pregunto cuántos jóvenes siquiera conocen la existencia del excelente sitio web mifuturo.cl”, agrega.
Pero la crítica más grande de Waissbluth es a las políticas en educación. Según su columa, “la gratuidad, la ansiada gratuidad, ha traído consigo un daño colateral: ha hecho más fácil perseguir estos espurios títulos ‘universitarios’ y, por primera vez en décadas, en 2017 la matrícula en la educación técnica disminuyó mientras aumentaba la ‘universitaria’“.
“Claro, si hay gratuidad, mi hijo debe ir, obvio, a la universidad, aunque sea a obtener un titulo charcha en una universidad charcha. Gracias, Soa Bachelet“, expresa irónico.
El experto termina con una lapidaria conclusión: “Un estudio publicado en The Economist, se llama ‘Higher Education: All Must Have Degrees’, confirma que esta macrotendencia se está produciendo en muchos países del mundo. Estamos en Chile, para variar, importando la tontera“.