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4 de Marzo de 2018

Alexis y Zlatan, destinos cruzados

El cara y sello de ambos comenzó una tarde de junio del 2006 en Suecia.

Por Luis Marambio Torres
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“Todos pensamos que esta es su última temporada en Manchester United”.

Mourinho regala titulares en cada conferencia de prensa. El portugués, si ambages, anticipa el adiós de Zlatan Ibrahimovic desde Old Trafford. La llegada de Alexis Sánchez – dicen también sin rodeos los periodistas ingleses- precipita la salida.

El chileno y el sueco tienen sus destinos cruzados. El pequeño habilidoso y el gigante talentoso.

Hace dos semanas a Zlatan le preguntaron por sus compañeros en Manchester United. Elogió a Eric Bailly, también a David De Gea (“Es de clase mundial”, dijo). Y cuando tuvo que hablar sobre Alexis fue directo: “Es más chico de lo que pensaba. Es realmente pequeño. He jugado con jugadores bajos, pero él es el más chico”. Una frase tan sincera como despectiva.

El cara y sello de ambos comenzó una tarde de junio del 2006 en Suecia.

“Ibra” salía a la cancha del Estadio Råsunda como la gran figura de la selección local: goleador clave en la clasificación a la Copa del Mundo de Alemania y un recorrido que con 24 años ya alcanzaba los 34 partidos y los 17 goles.

Entre Ajax y Juventus habían pagado más de 33 millones de dólares por su estilo rebelde-talentoso-goleador. Una figura de nivel mundial para Suecia.

Por Chile, asomaba con la camiseta número 7 un delantero con cara de niño que reducía su experiencia a 67 minutos en la selección y dos temporadas en Primera División con Cobreloa, que empujaron al Udinese de Italia a invertir 3 millones de dólares por su prometedora gambeta. Sánchez su apellido.

Y ahí estaban, Zlatan y Alexis frente a frente en el mismo estadio que en 1958 coronó al Brasil de Pelé campeón del Mundo. El gigante y el pequeño en la misma cancha.

Ibrahimovic no hizo mucho. Sólo dos veces se acercó con peligro al arco de Claudio Bravo. Sánchez, en cambio, jugó un gran partido: aprovechó su oportunidad (primera vez que jugaba como titular) e hizo un lujito al estilo de Ronaldinho. Nelson Acosta, entonces el técnico, lo alabó tras el juego que terminó empatado a uno.

El sueco, que perdió un gol en la línea en el último minuto, salió de la cancha con su estilo de crack mundial, altanero y rebelde (así lo refleja muy bien el documental “Becoming Zlatan”). El chileno, saltaba como un niño frente a los miles de hinchas de la Roja presentes en Solna.

En noviembre del 2008 volvieron a encontrarse, esta vez en el estadio Giuseppe Meazza de Milán. “Ibra” salió con la 8 en la espalda por el Inter, Alexis asomó en el segundo tiempo por Udinese. 1-0 ganó Zlatan pero el apellido Sánchez cada vez sonaba con más fuerza en Italia. Mourinho, el técnico de los nerazzurri, miró con atención al tocopillano.

Las vueltas de la vida hicieron que el chileno heredara la 9 de Ibrahimovic en Barcelona y que en abril del 2013 se encontraran por la Champions League: el sueco vistiendo la 18 del París Saint-Germain y el chileno con la famosa 9 del equipo culé, que ese día en Francia encaminó su paso a las semifinales con un 2 a 2.

En Inglaterra sólo se cruzaron en el camarín cuando Alexis llegó a Manchester United. El Niño Maravilla arribó como el futbolista mejor pagado en toda la historia de la Premier League.

Zlatan, que venía de superar largas lesiones, vio una amenaza en el chileno y selló un preacuerdo con Los Ángeles Galaxy de la Major League Soccer. Mourinho lo refrendó en la conferencia de prensa de este viernes.

Ibrahimovic dejó la selección sueca tras la Eurocopa 2016 y ahora quiere volver. El 24 de marzo, como el 2006, juegan en Solna con la Roja y podría enfrentarse con Alexis Sánchez quizás por última vez en una cancha. Juntos, es muy difícil.

“Es muy chico”, sigue pensando Zlatan que ahora prepara su adiós de Old Trafford para dejarle espacio al pequeño Alexis.

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